domingo, 22 de abril de 2018

Eres Una Bendición Para Tus Amigos? – Reflexión

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Elías tiene algo que enseñarnos en cuanto a las relaciones con nuestro prójimo. Algunos huéspedes son fáciles de atender. Otros… no tanto. Es presumible que Elías no fuera caprichoso en cuanto a sus comidas, ni exigiera privilegios especiales en la casa… pero aún así este asunto no ha de haber sido muy divertido”.

Porque Elías era un hombre de voluntad fuerte, consagrado a los intereses del Señor, probablemente muy serio. 

Cuando la enfermedad entró en la casa, la viuda pensó en Elías, su vasto poder espiritual, su extraña intimidad con Dios. Siempre la había asustado un poco. Ahora lo acusa (18). 

El severo profeta se preocupa de ella. ¿Oramos nosotros alguna vez, aun por nuestro amigo más íntimo, con la pasión que Elías puso en su oración por su anfitriona pagana y su hijo (20)? 

Acab y Jezabel se hubieran asombrado de ver a Elías estirado sobre el cuerpo de un conciudadano de Jezabel (21). 

Todo terminó bien. De su cuarto en la azotea descendieron (19-23) Elías y el niño. No sólo la mujer recuperó a su hijo sino que llegó a confiar en Elías – y en Dios – de una manera nueva y real (24). 

¿Qué sucede con nuestros amigos no cristianos? ¿Tal vez somos cristianos pero somos iguales a ellos en todo sentido? ¿Saben que nosotros estamos más cerca de Dios que ellos? ¿Pueden llegar a ellos las bendiciones del Señor por nuestro intermedio? Elías tiene algo que enseñarnos en cuanto a las relaciones con nuestro prójimo. 

Para pensar. La viuda sabía que Elías era un hombre de Dios (24). ¿Qué demuestra ese reconocimiento en una mujer extranjera? 

Para orar. Señor, concede a tu pueblo oído abierto para escuchar tu clara voz, ojos abiertos para ver cómo estás actuando en el mundo, mente abierta para recibir los dictados de tu Palabra, y sobre todo, haz que la vida toda de cada uno pueda ser de beneficio para los demás.

Fuente: sigueme.net

El Barbero – Reflexión

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Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello, entabló una conversación con la persona que le atendió. De pronto, tocaron el tema de Dios.

El barbero dijo: Yo no creo que Dios exista, como usted dice. ¿Por qué dice usted eso? - preguntó el cliente.


Es muy fácil, al salir a la calle se da cuenta de que Dios no existe O...dígame, acaso si Dios existiera, ¿habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. No puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas.

El cliente se quedó pensando, y no quiso responder para evitar una discusión. Al terminar su trabajo, el cliente salió del negocio y vio a un hombre con la barba y el cabello largo.

Entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero. ¿Sabe una cosa? Los barberos no existen. ¿Cómo? Si aquí estoy yo.
¡No...! dijo el cliente, no existen, si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre.
Los barberos si existen, es que esas personas no vienen hacia mi.
¡Exacto...! dijo el cliente. Ese es el punto. Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no van hacia él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y
miseria.

Si tu crees que Dios existe... envía este mensaje, pero si para ti no existe simplemente ignóralo. Envíalo a las personas que son algo para ti.........y diles
"Busca primero a Dios, las demás cosas te serán dadas por
añadidura".

Señor, te amo y te necesito, estás en mi corazón, bendíceme, a mi familia, mi casa, mis finanzas y a mis amigos, en nombre de Jesús.
Amen."No lo ignores y que DIOS te bendiga!!!

miércoles, 18 de abril de 2018

Desarrollando La Paciencia En Su Vida – Reflexión

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Desarrollando la paciencia. La paciencia es una cualidad admirable en la vida que pocas personas parecen poseer, incluso los cristianos.
Según la Palabra de Dios, nuestra vida se debe caracterizar por la paciencia, porque es importante para desarrollar el carácter maduro y estable que el Señor desea que se produzca en Su pueblo. “El amor es sufrido, es benigno…no se irrita” (1 Corintios 13:4-5).

La paciencia es la capacidad de absorber problemas y tensiones sin quejarse, y no verse afectado por los obstáculos, los retrasos y los fracasos.

Dios permite que tengamos dificultades, inconvenientes e incluso sufrimientos, con un fin específico: nos ayudan a desarrollar la actitud apropiada para crezca nuestra paciencia.

Cuando el cristiano ve que esas pruebas se resuelven en su provecho, permitiéndole alcanzar resultados convenientes y de refuerzo para su carácter, se prepara el escenario para el desarrollo de un espíritu paciente.

A continuación, el Espíritu Santo de Dios podrá desarrollar el fruto de la paciencia en su vida. “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia…” (Gálatas 5:22).

Sobre la falta de paciencia que caracteriza a nuestra generación, Billy Graham comentó lo que sigue: “Esta es una época altiva, neurótica y llena de impaciencia.

Nos apresuramos cuando no hay necesidad – sólo por apresurarnos. Esta época acelerada ha producido más problemas y menos moralidad que las generaciones anteriores, y nos ha provocado males nerviosos.

La impaciencia ha producido una secuela de hogares destruidos, úlceras, etc., y ha preparado la escena para más guerras mundiales”.

Un poco de introspección y análisis de la impaciencia por nuestra parte puede ser conveniente y útil. ¿Qué me hace ser impaciente?

¿Soy inmaduro? ¿Soy quisquilloso?
“Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal” (Hebreos 5:14).

¿Soy egoísta, legalista o exigente? ¿Soy capaz de dejar margen para las equivocaciones y las imperfecciones de los demás, recordando que Dios está actuando también sobre ellos?

“…Que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos” (1 Tesalonicenses 5:14-15).

¿Me irrito con facilidad “porque alguien se está saliendo con la suya”?
“No te impacientes a causa de los malignos” (Salmo 37:1)

¿Soy envidioso o celoso?
“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados” (Santiago 5:8-9).

¿He superado realmente la “mentalidad secular”? “…pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11)

¿Estoy siendo insensible a los esfuerzos de Dios para ocuparse de mí, permitiendo que sufra circunstancias adversas, irritaciones y tensiones, con el fin de que, por medio de Su gracia, aprenda a trascender el yo y a crecer en amor y estatura espiritual?

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4). 


Por: Billy Graham

Cuando El Amor Implica Sacrificio – Reflexión



La tristeza y la soledad son el preámbulo a la depresión. Hay más de 250 millones de personas en el mundo que sufren de depresión, según la Organización Mundial de la Salud. ¿Cómo podemos evitar caer en ella? Les dejamos con estos 15 consejos que le ayudarán a alcanzar la felicidad.
1· Lo único que puedes cambiar en el mundo, son tus pensamientos y tus sentimientos… para ser feliz piensa bien para que no te lastimen las circunstancias.
2· Cambia tú y el mundo cambiará contigo…cultiva la felicidad.
3· La risa es gratis al igual que todos los sentimientos, mira arriba sembrando esperanzas y sonreirás.
4· No mires el ayer, ni pienses en mañana, vive el hoy sembrando lo bueno y tu pasado siempre estará bien y tu futuro será mejor.
5· Ámate a ti mismo y recorre cada día tu interior dándote amor.
6· Trázate metas, no sueños…un sueño es un sueño…una meta es un sueño con tiempo para hacerse realidad.
7· Perdona, el perdón libera, el que sabe perdonar, sabe amar.
8· Da sin esperar nada a cambio, el dar da felicidad.
9· Cultiva las amistades sin condiciones y ellas estarán contigo para apoyarte.
10· Ten fe, libera tu alma de dudas, la fe trae convicción y paz.
11· Dios conoce tu vida, con Él serás feliz.
12· Cuando crees que estás esperando mucho, Dios espera contigo.
13· Cuando crees que estás solo, Dios está a tu lado.
14· Cuando no sabes a donde ir, Dios te muestra el camino.

15· Cuando estás frustrado y nada tiene sentido, Dios tiene la respuesta.

Cuando El Amor Implica Sacrificio – Reflexión


Cuando pensamos en el amor el sacrificio caen en las terribles garras de la dependencia, ya que hacemos todo lo posible para mantener varias paredes que amenazan caerse todo el tiempo.

Nuestro socio comienza a ser todo para nosotros significarlo todo. Sin embargo, si tenemos que tratar de mantener el amor, tal vez sea mejor dejar ir.
en el hecho de que estos sacrificios, a veces permitimos que en la relación hay una violencia, que hay faltas de respeto, incluso la infidelidad y la indiferencia por parte de la otra persona.
Nos humillamos, supongamos que nuestra autoestima en la sección pisoteada y todo porque hemos aprendido a depender de amor sufrir por él.
Porque ponemos el amor y la lucha en el mismo nivel, lo que significa sufrir.
Sacrificar en las relaciones, dar el 100% cuando tal vez la otra persona no da el 15% sería como cavar su propia tumba.
Nos hubiera dado todo, hasta lo que no teníamos, por una falsa creencia acerca de lo que significa el amor en la relación.
Silvia Congost-es un psicólogo que ayuda en los casos en que la dependencia emocional y tiene un libro bajo el título Si duele no es amor.
se presenta En algunos casos donde el sufrimiento, la desesperación y dejar todo el poder en el otro sólo que anulando las personas y en consecuencia su vida se convierte en un calvario.
Cuando el amor comienza a ser una víctima, es importante que nos replanteemos la relación en la que nos encontramos.
es posible, vamos a sufrir porque la otra persona no nos está tratando bien o, tal vez, porque nosotros tratando de manera adecuada.
sea, como fuere, si la situación no nos hace felices es importante revertir la situación o salir de ella.

Abra los ojos

Abra los ojos disfrutar de todo lo bueno que es amor y que no tiene nada que ver con el sufrimiento, con el dolor, con aspirar.
Si es amor no se requiere ningún esfuerzo. Las cosas serán por sí mismos, sin necesidad de acaparar desvivirnos por alguien sin tener en cuenta las consecuencias.


Como bien mencionábamos anteriormente, a veces damos el 100% que si la otra persona le da un 15%? Estamos dañados, porque llegará un momento en el que nos priva, la relación será, al parecer y el sentimiento de culpa.
www.reflexiones.cristianas.com

viernes, 13 de abril de 2018

¿Por Qué No Dejar Nunca De Orar Por Tus Hijos?

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No dejes de orar por tus hijos

Todo santo fue niño un día; y también todo criminal. ¿En qué radica la diferencia?
En primer lugar, y por encima de cualquier otro factor, la influencia de los padres.
El profeta Samuel gobernó la nación de Israel durante cuarenta años, ungió a David para que fuera rey y lo guió en sus decisiones más cruciales. Pero ¿quién fue la influencia más dominante en su vida? Ana, su madre. Ésta fue la oración que hizo en su nacimiento:

“Por este niño oraba, y el Señor me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también al Señor; todos los días que viva, será del Señor” (1 Samuel 1:27-28).

Nunca tengas en poco el poder que genera un padre o una madre cuando oran por sus hijos. Sólo Dios sabe cuántas oraciones están siendo contestadas en este instante porque un padre o una madre fieles han estado orando durante muchos años.
Si tus quehaceres diarios en esta sociedad tan acelerada te están quitando tiempo e impidiendo que ores por tus hijos y nietos, entonces ¡estás demasiado ocupado!
No hay nada más importante que el tiempo que pasas con Dios intercediendo por ellos. Nunca es demasiado tarde para ese hijo que te ha causado tanto dolor y tantas lágrimas.

La madre de Jesús tuvo que contemplar a su hijo crucificado, pero también sintió la felicidad de verlo resucitado.
Es posible que te vayas a la tumba con la duda de si tus oraciones han sido efectivas y de si van a ser alguna vez contestadas; a pesar de todo, nunca jamás dejes de orar porque:

a) Dios se rige por su calendario, no por el nuestro;
b) sus caminos son más altos que nuestros caminos;

c) cuando un padre o una madre ora, ¡Dios se mueve!

Fuente: devocionalescristianos.org

jueves, 12 de abril de 2018

7 Consejos De Supervivencia Para La Madre Soltera

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Después de 25 años de matrimonio, mi estatus cambió de repente a madre soltera. Los numerosos problemas de la vida me daban vueltas en la cabeza. Pero la tarea más grande que tenía ante mí era la educación de mi hijo adolescente Jeff. ¿Cómo podría lograrlo sola?


Pasé las páginas de mi Biblia utilizando el procedimiento acostumbrado, pero no encontré el consejo para el asunto que me preocupaba. Los preceptos de la Palabra de Dios me daban una base sobre la cual apoyarme y encontrar seguridad, pero aún necesitaba una orientación práctica. “Señor, ayúdame”, oraba siempre. “No sé cómo hacerlo”.



Poco a poco, el pánico se hizo menor, hasta que aprendí algunas prácticas clave para tener éxito como madre soltera, y en mi crecimiento espiritual.



1. Fije sus prioridades y aférrese a ellas. Esto significó renunciar a mi sueño de convertirme en escritora a tiempo completo, teniendo que tener tres trabajos para sobrevivir. Pero tomé empleos que fueron suficientemente flexibles para atender las necesidades de Jeff. Aunque la supervivencia era necesaria, mi condición de madre seguía siendo lo principal.



2. Esté abierta al cambio. Tuve que hacer algunos cambios grandes que al final le darían a Jeff más seguridad, vendí la casa y me deshice de todo, menos de lo indispensable. En medio de esos reajustes, veíamos la manera como Dios cuidaba de nosotros. Nos dio una hermosa casa que nos rentó una mujer de quien una vez fui orientadora. No fue necesario entregarle un depósito y nos trajo una enorme caja de comestibles cuando ocupamos la casa.



3. Determinar límites firmes. Como Jeff puso a prueba los nuevos ajustes, me pareció que necesitaba responder con límites más estrictos. Cuando intentó violar la hora de regreso a casa, lo castigué negándole la salida y le compré un buscapersonas (hoy eso habría sido un teléfono celular), para recordarle la próxima vez que le quedaba poco tiempo para regresar.



4. Rechace la venganza. Yo no quería que Jeff creciera con una madre amargada, y por eso me negué a hablar negativamente de su padre. A pesar de que nuestra familia había sido destrozada, yo anhelaba que mi hijo tuviera algún día un matrimonio venturoso. Sabía que una sana relación mía con su padre contribuiría a ello. Jeff necesitaba lograr su propia sanidad sin la carga de sus padres. Los límites en cuanto a su libertad eran firmes, pero Jeff pasaba las vacaciones con su padre y visitando familiares. Yo oraba con frecuencia en esas noches cuando el natural deseo de venganza me bombardeaba el alma. Y a medida que aprendía a aferrarme al Señor, sentía que Su mano me sostenía (Salmos 63:8).



5. Preserve las tradiciones familiares. Aunque la vida era totalmente diferente, algunas cosas tenían que seguir siendo las mismas. Nos habíamos mudado, pero Jeff mantenía su nueva habitación prácticamente igual a la que había tenido antes. Seguí cocinando sus comidas favoritas, y una vez por semana él continuó haciéndose cargo de la cena y de la limpieza.



6. Traiga su dolor a Dios. La fragmentación de una familia deja una huella dolorosa que no la mitiga nada, excepto el tiempo. Sin embargo, la madre que se queda con el hijo no puede ponerse en una posición fetal y negarse a vivir. Para sentirse seguro, mi hijo necesitaba tener una mamá fuerte. Aunque le respondía con sinceridad cuando me hacía preguntas, el Señor me evitaba los momentos embarazosos. Mi dolor era profundo e increíblemente difícil de procesar, pero no quería ahogar a mi sensible hijo. Por tanto, los gritos en mi almohada los reservaba para las horas en que Jeff dormía.



7. Cuidese a sí misma. El permanecer en buena condición física elevó mi autoestima, y le enseñó a mi hijo el fundamento de una vida sana. Excepto por un ocasional resfriado, nos manteníamos en buena forma física, al mismo tiempo que Dios sanaba poco a poco nuestras almas.



La crianza de un hijo sin la compañía de un cónyuge exige siempre oración y discernimiento, pero sobre todo implica amor al hijo y un gran coraje, dos cosas que el Señor me dio.



Jeff tiene ahora 22 años, y es un joven maravilloso. Compartimos recuerdos de los años en que ahorrábamos hasta el último centavo, en que veíamos un DVD que nos prestaba la biblioteca y en que superábamos nuestro dolor. No era la vida que habíamos planeado, pero sí una vida que hoy atesoramos.

Por: Rebecca Jay