viernes, 27 de mayo de 2016

Dios No Ve La Vida Como Nosotros

¿Te has dado cuenta de que Dios no ve la vida como nosotros solemos verla? Él está en el pasado, en el presente y en el futuro. En todas partes, al mismo tiempo. Está en el momento en que sufrimos, cuando pecamos, y también en el cumplimiento de la promesa que nos ha hecho.
Pero allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, a fin de que, así como reinó el pecado en la muerte, reine también la gracia que nos trae justificación y vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor. (NVI)

Sabemos que Cristo nos hizo inocentes al llevar en la cruz toda nuestra maldad. No tenemos que trabajar duro para ser o parecer justos, porque Él ya lo hizo; nos dio dos regalos para reinar: la justificación y la vida eterna. Sólo hay algo por hacer: “recibirlos”.
Ahora, reinar no significa que todo salga bien y en positivo todo el tiempo. El verdadero gobierno del que Dios nos habla es acerca del gobierno de nuestras emociones. Sabemos que tormentas y momentos de calma vendrán y se irán a lo largo de la vida, pero Cristo nos ha dado la capacidad en Él de gobernar sobre nosotros mismos, y sobre toda circunstancia y momento.
Efesios 3:16-17 dice: “Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes.” (NTV)
Mientras que el mundo dice: ¡victoria! ...cuando la tormenta ha pasado, un hijo de Dios se reconoce victorioso al ver que, pase lo que pase, ¡tiene la capacidad de seguir firme en Cristo!
El ancla de un cristiano es la palabra de Dios. (Hebreos 6). Es creer que la decisión del Señor de hablar bienestar y bendecir su vida es inmutable, e inconmovible.
Yo ya descubrí el secreto del éxito en la vida: es correr a sus promesas, a Su palabra, y a darle gracias en cada momento porque siempre está ahí para salvarme. Todos los que nos refugiamos en Él podemos estar confiados en esa esperanza. Y tú: ¿ya encontraste el secreto del éxito?

Prédica. Mariana Valladares. “Ellas”. 

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