miércoles, 31 de octubre de 2018
Permite Que Dios Tome El Control De Tu Vida Mujer
9:59 p.m.
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Jael,
del libro de Jueces, tuvo que tomar una decisión sobre el difícil dilema: ¿el
fin justifica los medios? No con un revólver mortal en la mano, sino con una
aparentemente inofensiva estaca de tienda.
La Verdadera Grandeza: Ayudar Y Perdonar
9:48 p.m.
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Una
tarde, mientras regresaba de la capital a su casa, el senador John Stennis fue
asaltado a mano armada. A pesar de que Stennis entregó lo poco de valor que
tenía, los asaltantes le dispararon dos veces, pegándole en el estómago y en la
pierna. Los cirujanos del Centro Médico Walter Reed trabajaron más de seis
horas para salvarle la vida.
Esa tarde también iba de camino a su casa el
senador Mark Hatfield, que había tenido a menudo encontronazos con Stennis. Los
dos estaban por completo en desacuerdo en cuanto a la política. Sin embargo,
cuando Hatfield oyó en la radio lo que había sucedido, de inmediato se dirigió al
hospital en su coche. Ya ahí, se percató con rapidez de que el personal del
commutador estaba sobrecargado con las llamadas de los otros senadores, los
reporteros y los amigos de Stennis. Le dijo a un operador: Sé cómo utilizar uno
de estos equipos, déjeme ayudarlo. Lo ayudó a atender los teléfonos hasta el
anochecer, cuando las llamadas disminuyeron. Luego, sin fanfarronear y
calladamente, se presentó mientras se iba.
Mi nombre es Hatfield... estoy encantado de haber
podido ayudarle en algo que concierne a un hombre al cual respeto profundamente.
Grandeza quiere decir estar libre de pequeñez,
rencor, venganzas y prejuicios. Significa cuidado internacional, ayudar con modestia.
1 Samuel 16:7
"Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su
parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no
mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus
ojos, pero Jehová mira el corazón."
** Cuantas veces hemos menospreciado al prójimo,
mas cuando no nos ha tratado bien,cuántas veces hemos dejado de servirle como
en este caso de necesidad, hemos de tratar a nuestro prójimo como nos gustaría
ser tratados, es muy difícil a veces si guardamos algún resentimiento en contra
de alguien, sin embargo Dios nos da perdón todos los días, porque nosotros no
podemos perdonar ?... perdonemos y sirvamos.
Padre Bendito, Muchas Gracias, por el hoy, porque
tengo vida, porque me he levantado con gozo y porque sé ciertamente que tú me
bendecirás, permíteme servir a alguien hoy, gracias por tu perdón, gracias por
tu misericordia, gracias por tu verdad, gracias por tu gran ejemplo, quiero hoy
que me ministres con tu presencia, deseo de ti, anhelo estar contigo todo el
día, sentirte como mi amigo, como mi protector, como mi guiador, ayúdame hoy a
servir y ser ejemplo para todos, ayúdame a entender que la verdadera grandeza
esta en el servir, en el nombre de Jesús. Amen.
Fuente:.sitiodeesperanza.com
viernes, 19 de octubre de 2018
Elementos Básico Para Desarrollar Una Familia Fuerte
10:10 p.m.
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Los pinos en nuestra región
tienen un sistema de raíces superficiales, de ahí que muchas de esas imponentes
bellezas verdes se convirtieran en leña. Sin embargo, el sistema de raíces de
un roble se sumerge a lo profundo de la tierra y esto le permite resistir
incluso la furia de un tornado.
Las raíces son el elemento decisivo para sobrevivir. ¿Qué clase de sistema de
raíces espirituales necesita una familia cristiana saludable? Si queremos
llevar adelante un liderazgo inconmovible en la familia, esa de fortaleza que
resiste a los tornados de la vida, necesitamos raíces espirituales como
las del roble. La mejor manera de asegurar la presencia de raíces tan
profundas es cerciorarse antes de que los padres se estén convirtiendo en
“robles de justicia” (Isaías 61:3).
Los padres deben crecer en su fe y deben convertirse en robustos discípulos de
Cristo.
Los seguidores de Cristo han entendido durante siglos la importancia crítica de
ciertas actividades espirituales que marcan la vida de un discípulo que crece.
Mencionaremos tres actividades básicas, aunque no es menos cierto que existen
más. Si tan solo priorizaras estas tres, desarrollarás un sistema de
raíces que resistirán las tormentas de la vida y te convertirán a ti y
a tu cónyuge en líderes firmes de su familia.
Una experiencia personal diaria con Jesucristo
Para que crezcas y llegues a ser todo lo que Dios tenía en mente al crearte,
debes someterte a Jesucristo como señor, amo y autor de tu vida. La travesía
espiritual de seguirle no consiste en una lista de cosas que debemos hacer y
que no debemos hacer, sino más bien en un encuentro momento a momento con
Jesús. El crecimiento tiene lugar en nuestras vidas en la medida que nos
sometemos a Él, que caminamos con Él por fe y le obedecemos.
Lo que sigue no es una lista de control, sino más bien son disciplinas
espirituales de probada eficacia que nos ayudan a crecer como
seguidores de Cristo. Tú decidirás de qué manera vas a ponerlas en práctica,
pero si lo haces, estos puntos básicos transformarán con el tiempo a un “bebé
cristiano” en un seguidor de Cristo maduro.
Oración: Una buena comunicación es la clave para cualquier relación
floreciente.
Estudio bíblico: La Escritura es el manual del fabricante para nuestra
vida cristiana.
Adoración: Se nos manda que adoremos a Dios de manera individual y colectiva.
Dar y servir: Somos mayordomos de muchos recursos personales,
materiales y financieros.
Comunión: No desaproveches el inmenso beneficio de ser cristiano: una conexión
dentro del cuerpo de Cristo.
Testimonio: Tenemos la tarea de actuar en nombre de Jesús para
reconciliar al perdido con Dios.
Verdaderos amigos
Por lo general, el crecimiento espiritual tiene lugar en el contexto de las
relaciones. Todos necesitamos tener a alguien cerca, no solo para disfrutar de
la amistad y la comunión, sino también para cosechar los beneficios de rendirle
cuentas a esa persona.
Vida auténtica
La verdadera vida comienza en el hogar. El lugar en el que es más
difícil ser un seguidor de Cristo diario y constante es la propia casa. Cuando
estás en casa, rodeado de un cónyuge que te conoce bien y de varios
discipulitos que observan con mucha atención cada una de las palabras y cada
uno de tus movimientos, es difícil mantener una fachada durante mucho tiempo. Y
no debieras hacerlo. Si tienes una relación vital con Jesucristo, manifiéstala
viviendo de la manera más sincera y consecuente posible. Dios se ocupará del
resto.
Invierte el tiempo y la energía necesarios para ser como “un árbol plantado
junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue
el calor. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto”. (Jeremías
17:8)
¿No es eso lo que todos buscamos?
Deseamos una familia de “árboles” fructíferos que florezcan
pase lo que pase.
Fuente: sitiodeesperanza.com
jueves, 11 de octubre de 2018
La Enfermedad Del Desánimo Y Cómo Controlarlo
7:48 p.m.
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El asunto estaba claro, el paciente estaba muy
mal!, el doctor dijo: “ya nada hay que hacer, no tiene fuerzas, no tiene ganas de vivir, no hay nada que hacer, está listo para morir…su fatal
enfermedad: El desánimo.”
Te has sentido así últimamente?, desanimado porque
no puedes salir de problemas, o porque no mejora tu situación, o bien ya no
puedes cambiar tu realidad?
Pues te cuento que no has sido solo tu. Todos
hemos vivido esa triste experiencia. El desámino carcome nuestros sueños, nuestros
anhelos, y nuestras fuerzas. La “realidad” que nos rodea no siempre es la que
deseamos, es más, cada día esperamos que cambie, para poder “vivir feliz”.
Pero cuál es la cura cuando “no sentimos nada”?;
cuando el desánimo ha llenado nuestras venas y estamos a punto de morir?. Entre
la soledad y la depresión, hemos vivido todos los días, y nuestra mente se ha
alimentado de mentiras..que hacemos?, donde acudimos?… estamos muriendo en silencio!!…
“Cuando no hay nada más que hacer” escuchamos: “No
temas, porque YO estoy contigo!, no desmayes, porque YO soy tu DIOS que te
esfuerzo; SIEMPRE (no algunas veces o cuando Él quiera) te ayudaré, SIEMPRE te
sustentaré con la diestra (derecha: que es Jesús) de mi Justicia”.
Recuerda todos los días: “Él da esfuerzo al
cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. Pero los que esperan
a Jehová, tendrán nuevas fuerzas (los que esperan solamente a Él, si esperas en
otras cosas o personas, seguirás cansado y no verás esta promesa hecha realidad
en tu vida); levantarán alas como águilas; correrán y no se cansarán; caminarán
y no se fatigarán.”
Entonces: “Porqué voy a desanimarme y estar
preocupado?, mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando!,
Él es mi Dios y mi Salvador.”
¿Cómo puedo controlar el desánimo?
Así dice el Señor: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido
los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de
ustedes, y los haré volver a este lugar.11 Porque yo sé muy bien los planes que
tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a
fin de darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:10-11 NVI
Jeremías 29:11 es el texto favorito de muchos, pero
el contexto en el que se encuentra le da aún mayor significado si cabe.
Aparece en medio del mensaje del profeta. El
pueblo de Israel iba a pasar un largo período de tiempo en el exilio (70 años),
lejos de su hogar como resultado de la disciplina de Dios. Después de esto,
Dios los haría regresar a su país. En otras palabras, Dios tenía un plan para
el futuro.
Nuestra pecaminosidad demasiado a menudo nos lleva
a lúgubres situaciones y sentimientos de desesperación. Pero debemos recordar
que la desesperación no proviene de Dios. Dios es el Autor de la esperanza.
Incluso el exilio, con su triste figura, era parte del plan de Dios a largo
plazo. Y sus planes eran buenos.
Si estás enfrentando una situación de desesperación, puedes estar heredando los resultados de las decisiones o
actos pecaminosos de otras personas. Puede que estés cosechando tus propias
malas consecuencias. Puede que aún no hayas descubierto la esperanza que está fundada en el amor de Dios
por ti a través de Jesús. Rechaza la desesperación y busca el plan de Dios, y
sus esperanzas, para tu vida.
Fuente. sitiodeesperanza.com
Cuánto Daño Hace No Perdonar - Reflexión
7:35 p.m.
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El tema del día era el resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos
papas y una bolsa de plástico. Ya en clase, elegimos una papa por cada persona
que guardábamos resentimiento, escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro
de la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas.
El ejercicio consistía en que durante una semana
lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa con papas. Naturalmente la
condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo, y el fastidio de
acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras
ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas
que eran más importantes para mí.
Este ejercicio fue una gran lección sobre el precio que pagaba a diario por mantener el resentimientopor algo que ya había pasado y no podía cambiarse. Me di
cuenta que cuando le daba mucha importancia a las promesas no cumplidas me
llenaba de resentimiento, aumentaba mi stress, no dormía bien y mi atención se dispersaba. Perdonar y
dejarlas ir me llenó de paz y calma.
La falta de perdón es como un
veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina
envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin
darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.
El perdón nos libera de
ataduras que
nos amargan el alma y enferman el cuerpo. El perdón se basa en la aceptación de
lo que pasó. No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo
apruebes. No significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la
razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos
pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.
Si guardamos odio, rencor, o resentimiento por
ofensas que hemos recibido, estamos perpetuando nuestro malestar y
consumiéndonos, dejando de disfrutar el momento. Cada vez que
recordamos cualquier episodio que nos causa dolor, dejamos de vivir el aquí y
el ahora; dejamos de avanzar en nuestro desarrollo personal y peor aún, nos
estancamos en nuestro crecimiento espiritual.
La falta de perdón puede disfrazarse con
diferentes máscaras. Las personas a veces dicen con un tono de enojo que ya han
perdonado ofensas pasadas, pero su amargura evidente las delata. La falta de perdón se puede alojar en
tu corazón, y estar allí, escondida. Las siguientes preguntas te ayudarán a
examinar tu corazón para ver si necesitas perdonar a alguien:
¿Esperas secretamente que alguien reciba lo que se
merece?
¿Todavía sigues hablando negativamente de esa
persona a los demás?
¿Te complaces con fantasías de venganza, incluso
leves?
¿Gastas tiempo pensando en lo que alguien te hizo?
¿Cómo te sientes cuando le sucede algo bueno a esa
persona?
¿Has dejado de culpar a esa persona por la forma
como afectó tu vida?
¿Te resulta difícil ser abierto y confiado con las
personas?
¿Te enojas, te deprimes o te vuelves hostil con
frecuencia?
¿Encuentras difícil o imposible pedir bendición a
Dios para quién te ha
ofendido?
Siendo sinceros de corazón, podemos ejercitarnos
en algunos pasos para lograr liberarnos de la carga que significa el rencor y
liberar a la otra persona también.
Considera las circunstancias que pudo haber vivido
la persona que te ofendió, para llegar a ser como es, o qué situación estaría
viviendo para haber hecho lo que hizo, aun intencionalmente.
Considera qué parte jugaste, o qué pudiste haber
hecho para propiciar el incidente.
Deja atrás el papel de víctima y continua con tu
vida.
Recuerda las cosas positivas y buenas que te
unieron a esa persona, los ratos buenos y bellos que pasaste con ella, los
momentos de amor, apoyo, consejo y comprensión mutuos.
Pide al Señor que bendiga a esa persona, y que le
muestre lo que hizo mal y se arrepienta.
Libera a la persona con tu perdón. Así vas a
liberarte a ti mismo por vivir en el presente, en el aquí y el ahora.
"Si alguno ha causado
tristeza, no me la ha causado sólo a mí; hasta cierto punto -y lo digo para no
exagerar- se la ha causado a todos ustedes. Para él es suficiente el castigo
que le impuso la mayoría. Más bien debieran perdonarlo y consolarlo para que no
sea consumido por la excesiva tristeza. Por eso les ruego que reafirmen su amor
hacia él. Con este propósito les escribí: para ver si pasan la prueba de la
completa obediencia. A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho,
si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en
presencia de Cristo, para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no
ignoramos sus artimañas" 2 Corintios 2: 5-11.
Fuente:
sitiodeesperanza.com