Comunicar lo que pensamos es una de nuestras necesidades más básicas y puede traernos grandes beneficios. Pero por otro lado, también puede generar desafíos muy complicados. ¿Cómo podemos mejorar nuestras habilidades comunicativas?
Una de las necesidades más fundamentales del ser humano es comunicarse. Poco después de nacer, y a veces sólo unos minutos más tarde, el bebé buscará el rostro de papá o mamá para satisfacer su necesidad de establecer lazos con otro ser humano. Puede que se comunique sólo con llanto y balbuceos, ¡pero se está comunicando!
A medida que un niño crece, sus habilidades comunicativas también se van desarrollando; no sólo aprende a expresarse con palabras, sino también a través de variaciones de tono y timbre, y utilizando el lenguaje corporal. Incluso el hecho de callar algo se convierte en una forma de comunicación. Además, quienes reciben la información que comunicamos lo hacen a través del filtro de sus propias emociones y experiencias, ¡complicando el proceso aún más!
George Bernard Shaw una vez dijo que “el mayor problema de la comunicación es la ilusión de que ha sido exitosa”. Existen muchísimos factores que pueden obstaculizar el proceso comunicativo. Y es por esto que los malentendidos han causado tantas discusiones, falsas impresiones, ofensas y heridas. Un malentendido puede dañar una amistad, y a veces puede incluso destruirla.
En Colosenses 4:6, el apóstol Pablo nos aconseja: “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”. ¡Qué talento tan difícil de desarrollar!
Si usted desea mejorar sus habilidades comunicativas y evitar malentendidos innecesarios, le invitamos a explorar nuestra sección de “Comunicación”. Usted aprenderá cómo edificar, animar y consolar a los demás comunicándose de forma agradable y apropiada con todos. Sus amigos seguramente apreciarán mucho que lo haya hecho.
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