En las congregaciones,
los solteros son frecuentemente descuidados o pasados por alto. Es un hecho
extraño, ya que el mismo Jesús era soltero y el apóstol Pablo (también soltero)
expone que la soltería es un regalo tanto para los individuos cristianos como
para la Iglesia.
Desafortunadamente,
cuando se le habla a los solteros es usualmente con un mensaje simple de
“mantente sexualmente puro”. Aunque este es un buen consejo bíblico, la Biblia
tiene mucho más qué decir a los solteros en muchos otros temas no relacionados
con el sexo. Incluso si nos limitamos al tema del sexo y la soltería, la Biblia
tiene mucho más que decir a los solteros que simplemente “mantente puro”.
También le dice a los solteros por qué y cómo mantenerse puros.
Pureza sexual, ¿por
qué?
Una de las varias
razones por la que la pureza sexual es importante para Dios es porque el sexo
tiene la intención de ilustrar el pacto de Dios con Su pueblo. La relación de
pacto que Dios hizo con Su pueblo es holístico. Dios no retiene ninguna parte
de sí mismo, sino que se entrega por completo a nosotros. Lo que es nuestro es
Suyo, y lo que es Suyo es nuestro. Como tal, la relación de pacto de Dios
también es monógama. Cuando fallamos en satisfacerlo, Él no se mueve a un nuevo
amor, Él es y siempre será fiel a su pueblo y solo a Su pueblo. Finalmente, la
relación de Dios con Su pueblo es inseparable. Una vez que estás unido a Dios a
través de Cristo estás unido a Él para siempre. Esa unidad es eternamente
inquebrantable.
Cuando los cristianos
se involucran en actividades sexuales fuera del matrimonio, pintan una imagen
falsa de Dios. En lugar de reflejar el compromiso total de Dios con Su pueblo,
mostramos un amor que solo da una parte de sí mismo. En lugar de reflejar el
compromiso monógamo de Dios con Su pueblo, mostramos un amor que se da a sí
mismo a una persona hasta que se encuentra aburrido, insatisfecho o lastimado
por quien ama. En lugar de reflejar el amor inseparable de Dios por su pueblo,
mostramos un amor que está dispuesto a dividirse tan rápido como se unió.
Nuestro Dios no actúa
así. Sin embargo, así es como mostramos a Dios cuando hacemos mal uso del
regalo del sexo que nos ha dado.
Imagina que te tomara
una fotografía. Luego, la abro en Photoshop y empiezo a hacer unos cambios
bastante severos. Imagina que te diera un bigote como el de Don Ramón, unos
cachetes como los de Quico y un espacio entre tus dientes seis veces más grande
que el de la Chilindrina. Luego empiezo a presentarle tu fotografía a todas las
personas que conozco diciendo, “Este es mi amigo. ¿Qué piensas de él? ¿Te
gustaría que te lo presentara?”. No estarías contento de tener una fotografía
tan imprecisa de ti mismo siendo presentada al mundo. De la misma manera, a
Dios no le agrada cuando —a través del mal uso del regalo del sexo— le
mostramos al mundo un Dios que no se parece nada al Dios que nos ama y se
entregó por nosotros.
Pureza sexual, ¿cómo?
Saber que el sexo es
una imagen del amor de Dios nos da una razón para vivir sexualmente puros, y
también nos da el poder para vivir sexualmente puros. Cuando recordamos que el
sexo es una asombrosa imagen de una realidad todavía más asombrosa, somos
liberados para encontrar nuestra satisfacción en la realidad y no en la imagen.
Podríamos desear experimentar el gozo de la imagen, pero no necesitamos tener
la imagen cuando tenemos el gozo mucho mayor de la realidad.
Mis hijos están
obsesionados con Disneyworld. Tanto así que pasan docenas y docenas de horas
viendo el DVD promocional del parque. Les encanta verlo porque está lleno de
imágenes de los juegos a los que quieren subirse, los personajes que quieren
conocer, y las calles por las que quieren caminar. Ellos disfrutan viendo estas
imágenes. Se divierten viendo esas imágenes. Pero esas imágenes no es lo que en
realidad desean. Lo que desean es la realidad representadas por la imagenes.
Esta es la razón por la que, cuando tenemos el privilegio de visitar el
verdadero Disneyworld, mis hijos ya no están interesados en el video
promocional. ¿Por qué lo estarían? Las imágenes, por más divertidas que sean,
jamás los satisficieron. La única cosa que en realidad los satisface es la
experiencia verdadera y personal de la realidad a la que las imágenes apuntan.
No es que las imágenes sean malas, pero cuando ellos están experimentando la
realidad a la que las imágenes apuntan, las imágenes ya no son necesarias.
Si eres un cristiano
soltero, tú puedes estar tan satisfecho sin el sexo y el matrimonio como lo
estarías con ellos. Tu plenitud está en la realidad a la que el sexo apunta: la
realidad de estar unido a Jesús y su total, monógamo e inseparable amor.
La Biblia tiene mucho
más que decirle a los solteros que simplemente qué hacer con su sexualidad.
Pero lo que los solteros hacen con su sexualidad es de gran importancia porque
dice mucho del Dios a quien adoran. Conocer el cómo y el por qué de la pureza
sexual solo nos dará a entender mejor la razón y el poder de Dios para hacernos
verdaderamente puros.
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