La comunicación es fundamental en la vida
de pareja, en la etapa de enamoramiento la comunicación es fluida. Luego al
pasar el tiempo, la llegada de la rutina, los hijos y los problemas la mayoría
de las parejas tienden a descuidar su comunicación. Cuando los cónyuges
solo se dedican a ser buenos padres y descuidan el hecho de que siguen siendo
esposos, tienden a dejar de lado muchas actividades, conversaciones y citas que
antes tenían, perdiendo de vista el hecho de que algún día el nido quedará
vacío y cuando esto ocurra, puede suceder que al final del camino queden dos
perfectos desconocidos que ya no saben estar juntos y menos aún estar solos.
La comunicación es al amor, como el agua es
a las plantas, así que debemos cuidarla de manera intencionada ¿Qué podemos
hacer?
Volver al trato amable y cordial. La familiaridad nos hace perder la
amabilidad, damos por sentado que el otro debe atendernos y cuidarnos, y no
agradecemos lo que hacen por nosotros, así que debemos volver a la amabilidad,
las palabras mágicas: Por favor y gracias.
Escucharnos, esto suena elemental, pero con nuestros
ritmos de trabajo acelerados, el internet y otras distracciones, dejamos de
escucharnos, cuando su cónyuge esté hablando, tómese un tiempo para mirarle a
los ojos y escuchar, hacer un comentario sobre lo que dijo o una pregunta, esto
es una forma de valorar al otro y nos acerca. Mirar el celular o la Tv, es una
forma de menosprecio y es una práctica que debemos evitar.
Tener tiempos intencionales para cultivar
la comunicación¿Cómo? Una cita semanal o quincenal, solos,
sin hijos, ni amigos. ¿Qué hacer en esa salida? Pueden empezar con dos
preguntas ¿Cómo estas hoy? Y escucharse, sin atacar o culpar, por ejemplo, uno
dice “Hoy estoy cansado”, no diga “siempre estas cansada”, no, la idea es
escucharnos con amor, podría decir “Ya veo has tenido un día difícil, ¿verdad?
¿Hay algo que podría hacer por ti? Quizás el hombre (que no hablan mucho)
diga “Estoy bien” no diga ¿eso es todo lo que tiene para decirme?, mejor diga:
que bien, cuéntame que cosas te han hecho sentir bien esta semana. Otra
pregunta buena para una cita es ¿Cómo estamos? Es decir, hablar de la relación
– tú y yo- tratando de ser positivos, cada uno debe primero decir algo
positivo que ha visto y luego algo que le gustaría que mejorara.
Aprender a hablar en positivo, por ejemplo: en vez de decir “Nunca me
abrazas” mejor decir “Me encanta cuando me abrazas, me das uno ahora”, debemos
entender que la queja no es una buena forma de llegar a otros. Otro ejemplo
para los varones, ante la negativa de tener intimidad sexual de la esposa, no
diga “Siempre estas cansada”, mejor diga “Me encanta estar contigo, te extraño
y te deseo” Hablar en positivo es mucho mejor, inténtelo y verá los resultados.
En momentos de peleas, inicie sus
conversaciones en un tono bajo, evite usar el TÚ y adjetivos al reclamar, como por ejemplo “Tú eres un
egoísta, solo quieres pasar don o de tus padres”, mejor diga: “Yo me siento muy
frustrada de ir cada fin de semana a casa de tu papá, me gustaría que este fin
de semana pasáramos como familia los cuatro y no ir a la casa de tus padres”.
Esta forma es menos amenazante y puede generar un dialogo más saludable.
Finalmente, es importante aclarar que las
parejas deben trabajar sus heridas pasadas, si hay algo sin perdonar,
difícilmente la comunicación diaria podrá ser fluida y amorosa, al contrario,
hasta la más mínima cosa puede ser causa de enojo. Así que ánimo, a cuidar su
relación de pareja y a trabajar en ella.
Por: Ediana Marín.
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