viernes, 25 de octubre de 2019

Nunca te Dejaré - Reflexión

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Sé audaz y cree «porque Dios ha dicho: “Nunca te dejaré; jamás te abandonaré”. Por medio de esta promesa el Señor le da todo a su pueblo. «Nunca te dejaré». Gracias a esta promesa ningún atributo de Dios se dejará de usar a nuestro favor.
Ninguna de las promesas de Dios son privadas, como si alcanzaran a una sola persona, porque lo que Dios le dice a uno de sus santos, se lo dice a todos. Cuando él abre un pozo de agua para un cristiano es para que todos beban de él. Y cuando abre la puerta del granero para distribuir alimento, un hombre hambriento podrá ser el motivo inicial, pero sin lugar a dudas, todos los santos hambrientos pueden acercarse y comer.

Oh, creyente, que la promesa fuera originalmente hecha a Abraham o a Moisés, no establece diferencia alguna porque te la dio a ti como heredero de su pacto. No hay bendiciones elevadas de Dios que estén tan altas que tú no puedas alcanzarlas, ni una vasta misericordia que sea demasiado ancha como para ti. «Sube hasta la cumbre del Pisgá y mira al norte, al sur, al este y al oeste.

Contempla la tierra con tus propios ojos» (Deuteronomio 3:27). Contempla toda la extensión de la divina promesa de Dios, porque toda la tierra que ves es tuya, ¡te pertenece! No hay un solo arroyo de agua viva del que no puedas beber. Si es una «tierra donde abundan la leche y la miel» (Éxodo 3:8), entonces come de la miel y bebe de la leche, porque ambas te pertenecen.


Sé audaz y cree «porque Dios ha dicho: “Nunca te dejaré; jamás te abandonaré”. Por medio de esta promesa el Señor le da todo a su pueblo. «Nunca te dejaré». Gracias a esta promesa ningún atributo de Dios se dejará de usar a nuestro favor. ¿Es él poderoso? Entonces va a «mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón perfecto para con él» (2 Crónicas 16:9, RVR 1995).¿Es él amor? Entonces, te coronará cubriéndote «de amor y compasión» (Salmo 103:4). Todo atributo que describa el carácter de Dios, se usa plenamente a nuestro favor.

Para resumir por completo esta verdad, no hay nada que puedas desear, que puedas pedir, nada que puedas necesitar en este tiempo o en la eternidad, nada vivo o muerto, nada en este mundo o el siguiente, nada ahora ni nada en la mañana de la resurrección ni en el cielo que no esté incluido en este versículo: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré».

Fuente: sigueme.net

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