martes, 25 de abril de 2017

En la Vida Podemos Ser Canales De Bendiciones


“El que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará la sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia.”(Cor.9:10)
En la Isla del Encanto, Puerto Rico, existe un bosque forestal conocido como el Yunque. Se encuentra al Este de la isla y es una de las montañas más altas del país.
Cuando llega la época de lluvia ésta baja por las laderas de las montañas creando una belleza espectacular. Uno de los momentos más hermoso es ver la lluvia corriendo rápidamente a través de los canales más profundos, directos y libres de obstáculos. Pero resulta también interesante observar otros canales que están obstruidos por piedras, ramas o montones de hojas que detienen el libre fluir del agua a través de ellas.
Cuando hablamos de las bendiciones de Dios, podemos decir lo siguiente: Dios usa todo canal, pero hace mayor uso de los canales que están más dispuestos y receptivos. De aquellos que son canales más profundos, directos y libre de obstáculos. Nosotros somos llamados a ser canales profundos y libres de obstáculos para recibir directamente las bendiciones que Dios tiene preparadas para nosotros. Esto es sencillamente maravilloso. Nuestro Señor solía decir:
“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan10:10)
La más grande bendición recibida del Padre, en su Hijo Jesucristo, es el perdón por nuestros pecados. Sabemos que Jesús, al morir en la cruz, en su muerte tomó todos mis pecados y el de la humanidad y le dio muerte y en la resurrección nos dio vida eterna.


Somos salvo por la fe en Jesucristo. La justicia de Dios se da por la fe. Es por eso que el Apóstol Pablo, dice en su Carta a los Romanos: “Puesto que Dios ya nos ha hecho justo gracia a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Pues por Cristo hemos podido acercarnos a Dios por medio de la fe, para gozar de su favor y estamos firmes y nos gloriamos con la esperanza de tener parte en la gloria de Dios” (Ro 5: 1-2).

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También somos llamados a usar los canales que Dios nos ha dado para que sus bendiciones fluyan a caudales y así crecer en gracia y expresar fidelidad a Dios, nuestro Señor y compartir las bendiciones que recibimos de Él. Tenemos el llamado para limpiar canales llenos de escombros, hojas secas y ramas que obstaculizan el buen fluir de las virtudes que Dios ha preparado para nosotros. Hay que remover y mantener el alma limpia (mente, sentimientos, emociones) y fortalecer la voluntad con la “Palabra viva de Dios” y ser guiados por el Espíritu Santo en todo momento.
Con las bendiciones abundantes que recibimos también recibimos herramientas de crecimiento para no estancarnos en nuestro desarrollo espiritual. Una de esas herramientas vitales de crecimiento es el deseo purificador. El deseo purificador se hace presente para no caer en vagancia y estancamiento espiritual.
¿Qué es el deseo purificador? Es una fuerza interna que actúa como resorte y que nos proyecta a la plenitud, la excelencia donde queremos llegar. Dime cuáles son tus deseos y te diré quien eres. Dime cuáles son tus deseos y te diré cómo vas a terminar tu jornada de vida. Esa fuerza interna que te pone a buscar. Una persona que no espera nada, es una persona que ha perdido el gusto de vivir. El deseo es, precisamente, un anticipar un anticipo de la búsqueda. Es el deseo una posesión anticipadamente. Si falta esta anticipación interior, nuestro dinamismo de búsqueda se debilita hasta apagarse a causa del desanimo, de la duda de si se hará realidad. Es imposible encontrar lo que no se busca. Lo que no se posee ya está adentro.
Ahora bien, ¿Cuáles son los deseos reales que darán una orientación concreta a la jornada de la vida espiritual? ¿Qué tienes ya en el fondo de tu corazón, en las entretelas de tu alma? ¿La mente de Cristo? ¿El Espíritu Santo en tu ser? ¿Cuál es la densidad de tu recogimiento (el recogimiento que significa realmente recoger)? ¿Estamos hablando del deseo de recoger anticipadamente, en las profundidades de tu ser, el fruto de la perla preciosa que se nos pone en el camino?
¿”O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (1Cor 6: 19)
“Mas vosotros tenéis la mente de Cristo.”(1Cor 2:16)
El deseo espiritual nos hace crecer y nos lleva a usar la fe en la jornada de la vida.


¡Qué nos ayude Dios!
Por Eliezer Torres
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Una Mujer Que Ora Por Su Esposo, De Elizabeth George.


Con el propósito de brindarle a las mujeres una guía de oración por su matrimonio y por la vida de su pareja, Editorial Portavoz publicó Una mujer que ora por su esposo, de Elizabeth George.

Con enseñanzas nacidas de sus experiencias de oración por su esposo Jim, la autora comparte en este libro 15 motivos de oración que traerán no solo una profunda unidad en la relación matrimonial de cada lectora, sino una consciencia de la obra de Dios en la vida de su esposo.
El propósito de este libro es que a través de la oración específica las mujeres se acerquen a Dios y se acerquen a sus esposos también.
Después de mi propia experiencia con Jim y su vida, luego de hablar con esposas de todo el mundo, de leer sus cartas y sus correos electrónicos, te insto a establecer algún tipo de sistema para la oración. Puede ser un cuaderno o un diario, una aplicación en el teléfono o un archivo personal creado en tu computadora”, señaló Elizabeth.

 La autora recomienda a través de su libro “incorporar las 15 áreas de la vida de tu esposo que se presentan en Una mujer que orar por su esposo”. Asimismo alienta a comenzar en el momento preparando “una nueva página para tu esposo al leer cada capítulo. Ya sea que quieras hacer todas las oraciones de este libro a diario, o centrarte en una cada día” y finalmente recomienda usar las páginas preparadas especialmente en el libro para orar por el cónyuge.

Entre los motivos de oración que se incluyen en el libro, la autora guiará a las mujeres a orar por el crecimiento espiritual del hombre del hogar, por su sabiduría, su trabajo, su punto de vista respecto al dinero, por decisiones que tenga que tomar, por su pureza y para que su esposo actúe con valor, entre otras áreas de oración.

Orar las Escrituras es especialmente poderoso porque estás orando lo que Dios desea para tu esposo. Al orar así traerás una profunda unidad en tu relación matrimonial, estarás más consciente de la obra de Dios en la vida de tu esposo y le dará a él una firme confianza de que estás de su lado. Al acercarte a Dios, acercarás a tu esposo también. El hábito de pedirle a Dios por dirección en la vida de tu pareja los animará

domingo, 16 de abril de 2017

Cuando La Sanidad Se Demora En Llegar


Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red” (Lucas 5:5). Nuestra participación en campañas evangelísticas para fundar iglesias nos ha enseñado más sobre la pacienciaque cualquier otro trabajo o ministerio.
La paciencia es un elemento indispensable, para el establecimiento de la iglesia. Con razón escribió Santiago, “mas tenga la paciencia su obra completa” (Santiago 1:4 ). Pablo nos amonesta en la misma forma cuando escribe: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos. si no desmayamos” (Gálatas 6:9).
“SI NO DESMAYAMOS.”
Es fácil que el obrero desmaye cuando está trabajando “arduamente en la temporada de la siembra. Más tarde, cuando uno está recogiendo las hermosas gavillas en la época de la cosecha, casi no se puede creer que haya habido momentos de duda y desdiento. Pero debemos recordar que todos los que siembran lo hacen totalmente por la fe. Nadie ve la cosecha en el momento de la siembra.
Una campaña permanece viva en mi mente como una de las más difíciles que hemos conducido.
Por varias se aquello no fue más que una lucha intensa que no parecía terminar. Pese a que nuestra carpa estaba rodeada por altos edificios de apartamentos repletos de personas de la clase media, todos los vecinos parecían indiferentes a nuestra presencia en aquel lugar. Los pocos que se decidían a asistir a nuestras reuniones venían solamente para burlarse, o eran curiosos tímidos listos a marcharse tan pronto como se empezara a predicar el evangelio.
Durante esas semanas los testimonios de conversiones y sanidades eran muy escasos. Tal parecía como si la gente estuviera totalmente opuesta a nuestro mensaje. Sin embargo, persistimos; y cuando los milagros empezaron a realizarse, éstos aumentaron de unas pocas gotas a una lluvia torrencial. Inmediatamente empezamos a ver la reacción positiva y tremenda de la gente. Ahora considero que esa fue una de las campañas que más resultados ha dado. Si hubiéramos desmayado durante 1 as primeras semanas, aquel esfuerzo habría terminado en un fracaso total
Cuando los enfermos no reciben sanidad
Muchos ministros predican a Cristo como Salvador fervorosamente, semana tras semana, y sin embargo a veces temen predicarlo como Sanador, u ofrecer oraciones por los enfermos, por, el temor al fracaso. Parecen creer que todo el tema es tabú, sencillamente porque no se sanan algunos enfermos.
Algunos llegan al extremo de decir- “Bueno, si la sanidad es una, realidad, – ¿Por qué no van los que creen en ella a orar por todos los enfermos que están en los hospitales para que estos se vacíen?” Pero esa es una actitud absurda, porque sabemos muy bien que ni siquiera Jesús hizo semejante cosa. Alrededor del estanque de Betesda había una multitud de enfermos (Juan 5).
Pero hasta donde sabemos sólo uno de ellos fue sanado por el Señor. La Palabra nos habla de que Jesús sanaba a aquellos que iban en pos de El Sabemos que aunque muchos de los inconversos no se rinden a Cristo, la verdad de la salvación siempre tiene validez. Así también, aunque muchos enfermos no reciban sanidad, la enseñanza que hallamos en la Biblia acerca, de la sanidad sigue siendo válida.
Detrás del escenario
Existen muchas razones por las cuales una persona no recibe sanidad y debemos estar conscientes de ellas.
Reconozcamos ante todo que Dios realiza estos hechos en relación con los factores de la voluntad y la reacción de los que buscan sanidad. Recordemos la frase: “Como creíste, te sea hecho” (Mateo 8:13). Algunos están preparados para recibir sanidad de parte de Dios, mientras que otros no.
Por otra parte, el propósito de la sanidad no era otorgar vida eterna en la tierra. A todos les llega el momento de morir, aun a los hijos de Dios. Después de todo, aquellos a quienes Jesús resucitó de entre los muertos ente murieron y ahora esperan el día de la resurrección.
Aun el profeta Ellas – a pesar de todos los milagros que realizó – no fue más que un hombre, como nos lo hace saber Santiago. Todos recordamos que Ellas estuvo al borde del colapso.
En Filipenses 2:26 se nos indica que la pesada carga del ministerio hizo que todas las energías de Epafrodito se desvanecieran hasta el grado de verse a punto de morir. En Hebreos 11 se nos dice que muchos héroes de la fe murieron “conforme a la fe”. La sanidad divina jamás fue dada como panacea o remedio para todos los, males que plagan al mundo.
La sanidad de parte de Dios no es un truco misterioso; es un regalo de la gracia de Dios. Es solamente uno de los medios usados por el Señor para hacer que las multitudes acudan a El.
La sanidad tampoco es un medio de sobrepasar la soberanía de Dios. Después de todo, El es el alfarero y nosotros el barro. Algunas veces el enfermo no recibe sanidad porque no ha llenado las condiciones que exige la Palabra de Dios. La Biblia enumera un gran número de ellas, las cuales solamente mencionamos unas cuantas:
(1) Poner plena atención a la Palabra de Dios (Exodo 15.26)
(2) Que el que busca sanidad haga todo aquello que es agradable al Señor (1 Juan 3:21, 22).
(3) Que el necesitado venga con toda sinceridad y confianza en que Dios lo 9TUdará (Hebreos 11:5,6).
(4) Que la persona experimente también la sanidad espiritual. Notemos cómo Santiago relaciona el perdón de los pecado y la confesión de las faltas unos a otros con el hecho, de recibir sanidad para el cuerpo.
Y consideremos de nuevo el caso registrado en el capítulo 5 de Juan. Sabemos que el paralítico recibió sanidad tanto espiritual como física, porque se nos indica que inmediatamente después de su sanidad se encontraba en el templo.
Otro que también dio muestras de una experiencia espiritual fue el ciego que recobró la vista. Cuando los líderes religiosos lo entrevistaron él aseguró que aunque todavía no conocía mucho de Cristo ahora estaba dispuesto a obedecer cualquier mandato de El. Además Jesús le advirtió también que no pecara más para que no le viniera otra cosa peor. Comprendemos que sin una sanidad espiritual el mero mandato de Jesús no habría bastado. El ciego fue sanado por dentro y por fuera.
(5) El que busca sanidad divina debe estar dispuesto a darle a Dios toda la honra y la gloria. Observemos lo que hizo el samaritano que regresó para darle las gracias a Cristo, o el cojo sanado de Hechos 3, que corre específicamente al templo, alabando a Dios sin inhibiciones.
El fracaso no es definitivo
En una congregación que fundamos por medio de una campaña, un joven líder perdió a su esposa. A pesar de que habíamos estado orando por ella varios días antes de su muerte, sentí que probablemente el Señor se la llevaría, por lo que amonesté al nuevo cuerpo de creyentes a que se sometiera a la voluntad de Dios. Después de la muerte de esta hermana, el esposo y los hijos – quienes habían sido ganados para Cristo en una campaña en la que muchos enfermos se sanaron – no flaquearon sino que siguieron creciendo y sirviendo al Señor. Actualmente, este hombre sirve como pastor de una floreciente congregación. Para él el hecho de que su esposa no pudiera recibir sanidad no fue fatal. Como lo hemos observado en muchos países del Tercer Mundo, este hermano reconoció la voluntad soberana de Dios mucho mejor de lo que se esperaría de un recién convertido.
Cómo reaccionar ante el fracaso
Cuando pasamos por momentos de aparente fracaso hay varias cosas que debemos recordar:
1- Debemos volvernos a Dios, nuestra fuente de poder, para tener – un momento de análisis espiritual. Si el ministro no está dispuesto a esperar en el Señor en oración y ayuno, es probable que él mismo está obstruyendo lo que Dios quiere hacer por medio de él.
Muchas veces Dios trata con sus hijos a través de estos períodos de escasez de cosecha. Cuando pasemos por etapas de aparente fracaso en cuanto- a los resultados de nuestros esfuerzos, acudamos a Dios y veamos si nuestras raíces están profundas y si están recibiendo suficiente agua y fertilizantes espirituales.
Algunas veces el problema puede ser una actitud de orgullo. Si el ministro empieza a creer que tiene algún privilegio especial en cuanto a la gracia y el poder de Dios es probable que estorbe la obra del Espíritu. Puede pasarnos como le sucedió a Moisés, si atacamos al enemigo con nuestras propias fuerzas terminamos derrotados.
Debemos preocuparnos por no descuidar la oración y la dedicación al servicio de Dios como instrumentos suyos. Nuestro trabajo no consiste en dar “discursos cristianos” sino en participar en una constante guerra espiritual. Si procuramos que el fruto del Espíritu se manifieste en nuestra vida, los dones del Espíritu. que son indispensables para un ministerio fructífero, tendrán un mayor fundamento.
2- Por otra parte no debemos rebajarnos. Anteriormente hablamos sobre el peligro del orgullo; pero la autodegradación, que no es más que una humildad forzada, tampoco es parte de lo que Dios ha planeado para nosotros. El mandato de Dios sigue siendo: “Esfuérzate, y sé valiente.
Después de todo, si Dios no salva ni sana, nosotros tampoco lo podremos hacer.
Un gran hombre de Dios dijo en cierta ocasión: “El que se desalienta por la ausencia de resultados es el que más tiende a tomarse para sí la gloria cuando está cosechando éxitos en la obra”. Es bueno recordar siempre este detalle.
3- Siempre debemos mantener la mirada en las promesas de Dios. Por algunas razones conocidas
y otras desconocidas para nosotros, algunos enfermos no se sanarán. El hecho de que algunos no se sanen jamás debería opacar ni una sola de las promesas de Dios, ni en nuestra mente ni en la de nuestro convertidos. Nuestros ojos deben estar siempre puestos en el Señor.
No debemos hacer lo que hizo Pedro al mirar las olas del mar de Galilea, de otro modo, nos hundiremos como él. No debemos descender de los muros de Nehemías para discutir nuestras dificultades con Sanbalat y sus amigos; de hacerlo así nuestro proyecto quedará arruinado.
Debemos orar como el rey Josafat: ” ¡Oh Dios nuestro!… en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos” (2Crónicas 20:12).
Hay temporadas de siembra como también las hay de cosecha. Ya sea que abunden o escaseen los testimonios de conversiones y sanidades por el momento, nuestra posición en las promesas eternas
de Dios debe ser siempre firme. Estas no cambian con la experiencia humana o los reveses transitorios, Y en ellas confiaremos.

Tomado del libro: Métodos para fundar iglesias

Autor: David E. Godwin

www.sigueme.net

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La Generosidad: Un Ingrediente Esencial En El Matrimonio


El pacto matrimonial fue diseñado para que cumpliera el objetivo de la unión de un hombre y una mujer para amarse, apoyarse, compartir y disfrutar de lavida mutuamente. Pero para alcanzar este objetivo es fundamental el ingrediente de la generosidad.

Sin generosidad es prácticamente imposible lograr el nivel de estabilidad emocional que un matrimonio necesita para mantenerse saludable. La generosidad implica la decisión de servir al cónyuge con excelencia, darle la atención que necesita, suplir sus necesidades, apoyarle, animarle, levantarle el ánimo, levantar su autoestima, etc.
Darse generosamente al otro, significa darse incondicionalmente y con alegría, no por obligación, sino por convicción de que es un principio bíblico enseñado por Jesucristo y que va a producir un fruto abundante en nuestras vidas de amor, paz, gozo, fe, bondad, benignidad y dominio propio. Si nuestra misión en el Matrimonio es amar al cónyuge y encargarnos de su bienestar, hagámoslo con generosidad, hagámoslo con excelencia.

La formidable promesa de Dios que nos diseñó y nos creó, es que si sembramos generosamente, generosamente también cosecharemos. ¡Es una ley universal! Todo lo que siembres, eso recogerás. Tenemos que tener fe y confianza de que si Dios nos da esa promesa, es porque así es. La cosecha la obtendremos tarde o temprano, pero no desmayemos nunca de hacer la voluntad de Dios.
La motivación correcta para darnos generosamente en el matrimonio, no es para obtener nada a cambio, ni porque el cónyuge lo merezca o no; sino para honrar la palabra de Dios. Lo maravilloso es que cuando lo hacemos con esta motivación, entonces obtenemos la recompensa que Dios nos promete.
Si tu matrimonio no está muy bien, empieza a practicar la generosidad a la manera de Dios y confía en sus promesas. Si tu matrimonio está bien, fortalécelo con generosidad incondicional. Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. ¡Cuídalo!

Fuente: www.libresparaamar.org
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viernes, 7 de abril de 2017

La Guerra Interior De Los Malos Pensamientos


Joyce Meyer nos enseña como podemos vencer los malos pensamientos o los pensamientos negativos que nos asedian. La Palabra de Dios es nuestra más fuerte defensa pero necesitamos comprenderla



Los pensamientos son poderosos, y de acuerdo con el escritor del libro de Proverbios, tienen capacidad creativa (Proverbios 23:7).


De hecho , no se puede tener una vida emocionante y positiva en una mente negativa. Yo pasé por muchos años de infelicidad porque desde el momento en que me despertaba en la mañana comenzaba con pensamientos negativos, tristes, y deprimentes.

Ahora puedo decir realmente que estoy plenamente satisfecha ya que el Espíritu Santo me ha ayudado a operar en la mente de Cristo (la mente del Espíritu) que está dentro de mí. Tal vez usted ha pasado años teniendo pensamientos equivocados basados en un pasado deformado y disfuncional, pero eso hoy puede cambiar

Una Fuerza Poderosa 

Si usted lucha con pensamientos negativos, es importante que usted se enfrente con el hecho de que su vida no va a cambiar hasta que sus pensamientos cambien.

Renovado, pensar como Dios es vital para el cambio. La Biblia dice que Dios nos ama, pero ¿alguna vez ha tenido problemas para creer esto? He aprendido que si nunca meditamos en la Palabra de Dios, nunca vamos a experimentar la profundidad de Su amor por nosotros.

El amor de Dios está destinado a ser una fuerza poderosa en nuestras vidas, que nos llevará a través de las pruebas más difíciles en la victoria.

Piensa Acerca De Lo Que Estás Pensando 

La Biblia presenta una gran cantidad de instrucciones detalladas sobre qué tipo de cosas debemos pensar. Filipenses 4:8 En esto pensad nos dice que solo pensemos en las cosas que nos edifiquen, no en las que nos derriban.

Si usted es un creyente, probablemente piense en algunas reflexiones basadas en las Escrituras a través de cada día, pero piense en esto. ¿Está usted mezclándolo con pensamientos negativos, o sólo con cualquier pensamiento al azar que viene a la mente? Durante la mayor parte de mi vida, yo simplemente pensaba cualquier cosa que caía en mi cabeza.

Gran parte de lo que había en mi cabeza eran las mentiras de Satanás o simplemente cosas que no tenían sentido. El diablo estaba controlando mi vida porque él estaba controlando mis pensamientos.

Lea Marcos 4:24 . Nos dice cuanto más tiempo pasamos pensando en la Palabra, más poder y capacidad tendrán en el caminar en Él. También dice que cuanto más leemos y escuchamos la Palabra, más revelación recibiremos para entenderla.

En la carne somos perezosos y queremos recibir de Dios sin ningún esfuerzo de nuestra parte, pero no es así como funciona. Usted sólo va a obtener de la Palabra lo que esté dispuesto a poner en Ella.

Le animo a tomar la decisión de meditar en la Palabra de Dios todos los días, porque cada momento que pase absorbiéndola, más virtud y conocimiento usted recibirá de Dios.
Fuente:. sigueme.net

Servir Con Alegria A Dios Y Al Projimo

La parabola del Buen Samaritano nos enseña a servir al projimo

Si usted es creyente en Cristo, también es siervo, ya sea que esté consciente de eso o no. La pregunta es: ¿Qué clase de siervo es: entusiasta, diligente, gozoso, esquivo o renuente?

El servicio a los demás es un estilo de vida que todo cristiano debe cultivar. Sin embargo, eso no quiere decir que tengamos que dedicar todo nuestro tiempo libre a servir como voluntarios, o a trabajar en un centro de beneficencia pública. 

El Señor no divide nuestro servicio en secular y religioso, ni considera uno más valioso que otro. Su deseo es que todo lo que hagamos sea hecho con el corazón de siervo.

Nuestro ejemplo es Cristo, que “no vino para ser servido, sino para servir” (Mr 10.45).

Como sus representantes, debemos considerar lo que comunican nuestras acciones, actitudes y palabras. Dios no suele requerir grandes actos de servicio cada día; más bien, lo que quiere es que sus hijos ayudemos ante las necesidades de los demás y demostremos bondad y hospitalidad. 

Imaginemos cómo nos destacaríamos en esta sociedad egoísta si, al igual que Cristo, tratáramos las necesidades de los demás como más importantes que las nuestras (Fil 2.3-5).

Para mantener el corazón de siervo, recuerde que Cristo es su Señor.
Cuando usted obedece a Dios y sirve a los demás con alegría, lo glorifica, ejemplifica la actitud de Cristo e invierte en algo de valor eterno.

Mi oración es que las meditaciones de este mes le animen a vivir como un siervo de Dios obediente y gozoso.

Fuente: sigueme.net/reflexiones

El Secreto De La Prosperidad De Dios

PrincipiosDeProsperidad

Sabías que Dios quiere prosperarnos económica, física y espiritualmente. El Dios que llena nuestro espíritu también quiere bendecirnos en lo físico y en lo material.

¿Cómo lo hará?

Por medio de nuestra obediencia a su Palabra; por la eficiencia y calidad del trabajo que realicemos y las ganas que le pongamos a lo que hacemos, y por nuestra fidelidad a sus demandas.
Nada sucede al azar. La prosperidad es un resultado, no un fin; nuestra finalidad es Cristo y la: “Supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza” (Efesios 1:19).
Para andar en prosperidad, hay que ser prósperos. Es un cambio en nuestro interior. Es una actitud fruto de la comunión con el Espíritu Santo y de ella se desprende un estilo de vida que nos lleva a la prosperidad. He aquí 6 principios básicos:
1. Ser prósperos: La Prosperidad es algo más que dinero.
2. Ser Perseverantes: Esto tiene que ver hasta con la salvación del Alma.
3. Actitud frente al cambio: No podemos esperar resultados diferentes haciendo lo mismo.
4. Administrarse: según la realidad y no según los sueños.
5. PLANTEAR LOS SUEÑOS EN METAS ALCANZABLES.
6. Nunca renunciar a los sueños: Volver a intentarlo.
“Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano”. Génesis 39:2-3
Donde esta un hombre próspero, todo lo que esta a su alrededor prospera.

Para ser prosperado debes retener la bendición

No solamente hemos llegado para ser prosperados, él nos ha llamado a mantenernos prosperados. Siempre me ha llamado la atención la parábola del hijo prodigo como fue prosperado al recibir la herencia de su padre, pero rápidamente la dilapidó, tal vez su padre esperaba que su hijo estuviera a su lado, o por lo menos cerca, tal vez comprara un terreno en la vecindad y estar viendo a su hijo a menudo, pero este hijo hizo todo lo contrario se fue lejos a una provincia apartada, y estando lejos desperdigó los bienes, pues se dedicó a vivir perdidamente, y allí comenzó a faltarle todo.
El Señor Jesús Dijo “Separados de mi nada podéis hacer”
Para mantenernos prosperados es necesario:
– Ser fieles
– Ser un buen mayordomo
– Administre bien sus ingresos
– No des lugar a la emoción en las inversiones
– Nunca salgas fiador de nadie
– Sea generoso con sus ofrendas

Eres bendecido para bendecir

No es posible hablar de prosperidad sin mencionar el mandamiento de ofrendar. Soy bendecido para bendecir. Soy prosperado para dar. Ofrendar con generosidad según hayas prosperado y no por obligación es lo que desata la abundancia que el Señor te dará para que puedas bendecir a otros.
“Dad y se les dará: medida buena, apretada, remecida y rebosante darán en tu regazo; porque con la misma medida con que mides, te volverán a medir”. (Lucas 6:38)
2da. de Corintios 9:10 dice: “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia”.

La prosperidad es integral

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” (3 Juan 1:2).
La riqueza del hombre debe de ser integral, recuerde nosotros somos seres creados por Dios, y siendo tricotómicos (espíritu, mente y cuerpo). Las tres partes de nuestro ser deben de estar llenas y en perfecta armonía con Dios . Si por ejemplo nuestro espíritu no esta en perfecta comunión con Dios, va a haber un faltante en nuestro interior. Recuérdalo muy bien el hombre natural nunca será saciado.
Pero lo más importante es poder entender que al tener comunión con Dios, vamos a estar saciados, no tendremos necesidades porque Dios esta allí para suplir todo. No es algo hermoso ¿verdad? ¡Observemos bien la palabra!

La palabra debe de permanecer en nosotros y ser confesada

“Si permanecéis en mi, y mis palabras Permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. (Juan 15:7)
No debes buscar la prosperidad, sino al que da la prosperidad.
Salmos 37:4 “Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón”. 37:5 “Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará”.

Dios conoce tus necesidades

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? …Y por el vestido, ¿por qué os afanáis?… No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mat. 6:25-33
Eso quiere decir que debemos procurar “hacer lo que es justo ante Dios”, y esto constituye la base de la prosperidad según Dios. La prosperidad según Dios no incluye únicamente las bendiciones materiales; también incluye la sanidad, la sabiduría, el éxito, el bienestar, la protección y el favor de Dios y todas las cosas buenas que usted pueda necesitar: todas las cosas buenas por las que Jesús pagó para que fueran suyas. Él tomó nuestro lugar y cargó con la maldición del pecado para que viviéramos en la bendición de Dios.
La prosperidad divina NO se trata de dinero únicamente, se trata de abrir las ventanas de los cielos sobre todas las áreas de tu vida, diariamente y sin detenerse jamas.

Dad gracias en todo

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1 Tes. 5:18
Fil 4:12 “Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad”.
Entonces vemos que la verdadera prosperidad de Dios viene de:
1. Conservar una actitud de prosperidad fruto de la comunión con el Espíritu Santo.
2. Ser fieles y obedientes a Dios y permanecer en su Palabra.
3. Ofrendar con generosidad según hayas prosperado, eres bendecido para bendecir.
4. Debemos desarrollar el principio del contentamiento, dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros.
Si caminamos fieles, de la mano de Dios, es apenas natural que recibamos bendiciones, ricas y abundantes. Son bendiciones materiales y espirituales, aquellas que hemos anhelado por mucho tiempo. Si deseamos movernos en esa dimensión, es necesario que caminemos conforme a los planes y propósitos que el Señor tiene para nosotros. Ser fieles a Dios es el secreto de las bendiciones.

Dios le bendiga!
Fuente  palabrasdevida.org