viernes, 30 de junio de 2017

¿Quée Serás Cuando La Edad Avance, Mayor O Viejo?


Algunos jóvenes son viejos porque viven sin ilusión. La edad no marca al hombre si éste lucha contra el tiempo. La vejez es un estado de ánimo. No por ser mayor se ha de ser viejo…


Es mayor quien tiene mucha edad; viejo, quien perdió la jovialidad.

La edad causa la degeneración de las células; la vejez produce el deterioro del espíritu.

Usted es mayor cuando se pregunta si vale la pena; usted es viejo cuando sin pensar, responde que no.

Usted es mayor cuando sueña; usted es viejo cuando apenas consigue dormir.

Usted es mayor cuando todavía aprende; usted es viejo cuando ya no enseña.

Usted es mayor cuando consigue hacer ejercicios; usted es viejo cuando la mayor parte de su tiempo, lo pasa sentado o acostado.

Usted es mayor cuando el día que comienza es único; es viejo cuando todos los días son iguales.

Usted es mayor cuando en su agenda tiene proyectos y obligaciones para cumplir mañana, pasado o la semana que viene; es viejo cuando su agenda está en blanco y solo vive pensando en los “ayeres”

El mayor trata de renovarse cada día que comienza; el viejo se detiene a pensar que ese puede ser el último de sus días y se deprime, porque mientras el mayor pone la vista en el horizonte, donde el sol sale e ilumina sus esperanzas, el viejo tiene cataratas que miran las sombras del ayer.

En suma, el mayor puede tener la misma edad cronológica que el viejo, ya que sus diferencias están en su espíritu o en su corazón: el tiempo ha madurado al mayor; al viejo, lo ha acabado.

Que todos los mayores vivan una larga vida y nunca lleguen a ser “VIEJOS” y el que este viejo que aprenda a disfrutar como el “MAYOR”, de cada minuto de su día!!!

Fuente:.sitiodeesperanza.com




viernes, 23 de junio de 2017

El Poder De Las Buenas Palabras


Muchos conductores de programas de radio talvez nunca se hubieran tornado famosos o ricos, lo que no les impide hablar y expresar sus opiniones al respecto de una variedad ilimitada de asuntos. A primera vista, el lema de algunos de ellos es: "Yo tengo una opinión sobre cualquier cosa, conociéndola o no!" 

En el medio empresarial y profesional a los que les gusta hablar, parecen ser recompensados por la multitud de sus palabras. Vendedores y personas del área de marketing se esfuerzan mucho para convencer a otros con sus palabras y raciocinios expertos. Reuniones de negocios a veces son dominadas por pocas personas con personalidades poderosas, personalidad es una propensión para imponer sus puntos de vista. 

En cuanto a las personas tímidas, no tan elocuentes o ágiles con la lengua, no hay esperanza para ellas? En verdad, los que escogen hablar con más parcimonia, generalmente conquistan admiración y respeto por el uso cuidadoso y por el criterio en el uso de la lengua. 

Conozco alguien que es miembro destacado del directorio de una corporación, porque no habla de un modo descuidado. Mientras otros hablan en exceso, el se restringe a escuchar y pensar prudentemente. Y cuando habla, lo que este líder tiene que decir, siempre es digno de consideración. Años atrás una compañía de inversiones, usó el slogan: "Cuando E.F.Hutton habla, las personas escuchan" Ese hombre podría ser descrito de la misma manera. 

A lo largo de los años vengo tratando de aplicar el consejo ya aprobado por el tiempo: "...Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar" (Santiago 1.19). Me gustaría pensar que he tenido algún progreso en esta área, aunque no sea esta mi tendencia natural. Con demasiada frecuencia, he sido tardío para oír (y pensar) y rápido para hablar! La Biblia ofrece más comprensión en relación al poder - y peligros - de la lengua: 

1. El exceso de palabras puede llevar a comentarios impropios y hasta perjudiciales. Usted ya estuvo involucrado en alguna discusión que iba muy bien, hasta que usted dijo algo espontáneamente, y después deseó retirar aquellas palabras? Cuanto menos uno dice, menor es la chance de decir algo que nos haga arrepentirnos mas tarde "En las muchas palabras no falta pecado: mas el que refrena sus labios es prudente" (Proverbios 10.19). 

2. El exceso de palabras no demuestra necesariamente conocimiento. Podemos sentir la necesidad de impresionar a las personas con lo mucho que podemos decir sobre determinado asunto, pero generalmente un orador puede realizar más, expresándose con un mínimo de palabras bien escogidas, dichas en pocos minutos, en vez de ser una interminable crítica severa. "El que ahorra palabras tiene sabiduría; prudente de espíritu es el hombre inteligente" (Proverbios 17.27). 

3. El exceso de palabras generalmente causa problemas. Usted ya conoció a alguien que está siempre expresando sus sentimientos y opiniones, sean solicitados o no? Describo a tal persona como alguien que se delicia por entregar a otros un pedazo de su mente que no podría darse el lujo de perder! El dicho "Palos y piedras pueden quebrar mis huesos, pero las palabras no pueden herirme", es una mentira. 

Palabras nocivas muchas veces nos acompañan por mucho tiempo después que las heridas físicas ya se curaron. Declaraciones ligeras y sin pensar pueden ofender innecesariamente y muchas veces arruinar amistades cultivadas por muchos años. 

Aunque aquello que dijimos sea verdadero, seria bueno pensar sobre la mejor manera y el momento adecuado para decirloAntes de hablar la verdad, considere las consecuencias. "El que guarda su boca y su lengua, su vida guarda de angustias" (Proverbios 21.23). 
Fuente.  sigueme.net

miércoles, 14 de junio de 2017

Si No Quieres Enfermar Decide Estar Bien


Si no queremos enfermar... expresemos nuestros sentimientos. Las emociones y sentimientos ocultos, reprimidos, terminan en enfermedades como la gastritis, úlcera, dolor lumbar y de la columna.

Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera en cáncer. Entonces vayamos a un confidente para compartir nuestra intimidad, nuestros secretos ¡nuestros errores! ¡El diálogo, el hablar, la palabra son remedios poderosos y una excelente terapia!

Si no queremos enfermar... tomemos decisiones. La persona indecisa se mantiene en duda, en ansiedad, en angustia.

La indecisión acumula problemas, preocupaciones y agresiones. La historia de la humanidad se ha escrito por decisiones. Decidir es precisamente saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar a otros. La gente indecisa son víctimas de malestares gástricos y nerviosos y de problemas cutáneos.

Si no queremos enfermar... encontremos soluciones. La gente negativa no encuentra soluciones y agrandan los problemas. Prefieren la lamentación, el chisme y el pesimismo. Es mejor encender un cerillo que lamentarnos de la oscuridad.

Una abeja es pequeña pero produce una de las cosas más dulces que existen. Somos lo que pensamos.El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

Si no queremos enfermar... no vivamos desde la apariencia. Quien oculta la realidad, pretende, posa y siempre quiere dar la impresión de estar bien. Quiere ser visto como perfecto, relajado, etc. está acumulando toneladas de esfuerzo. Algo asi como "Una estatua de bronce con pies de barro". 

No hay nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Estas son gente con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital y el dolor.

Si no queremos enfermar... aceptemos. El rechazo de la aceptación y la ausencia de la auto estima nos hacen alienarnos a nosotros mismos.

Estar en paz con nosotros mismos es el núcleo de una vida saludable. Los que no aceptan esto se tornan envidiosos, celoso, imitado, resultra competitivos y destructivos. Aceptemos que somos aceptados- aceptemos las críticas bien intencionadas, son profundos pasos a un estadio de mejor calidad. Es sabiduría- sentido común-buena terapia.

Si no queremos enfermar... confiemos. Quien no confía no se comunica, no está abierto, no se relaciona, no crea relaciones profundas y estables, no sabe cómo hacer amistades genuinas.

Sin confianza no hay relaciones. La desconfianza es falta de fe en nosotros mismos. Si no queremos enfermar... no vivamos en la tristeza.

El buen humor, la risa, el reposo, la felicidad, reponen la salud y mejoran lcalidad de vida. La persona feliz tiene el don de mejorar el ambiente dondequiera que viva. "El buen humor nos salva de manos del médico". La felicidad es salud y terapia.

jueves, 8 de junio de 2017

Elementos Básico Para Desarrollar Una Familia Fuerte

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Los pinos en nuestra región tienen un sistema de raíces superficiales, de ahí que muchas de esas imponentes bellezas verdes se convirtieran en leña. Sin embargo, el sistema de raíces de un roble se sumerge a lo profundo de la tierra y esto le permite resistir incluso la furia de un tornado.

Las raíces son el elemento decisivo para sobrevivir. ¿Qué clase de sistema de raíces espirituales necesita una familia cristiana saludable? Si queremos llevar adelante un liderazgo inconmovible en la familia, esa de fortaleza que resiste a los tornados de la vida, necesitamos raíces espirituales como las del roble. La mejor manera de asegurar la presencia de raíces tan profundas es cerciorarse antes de que los padres se estén convirtiendo en “robles de justicia” (Isaías 61:3).

Los padres deben crecer en su fe y deben convertirse en robustos discípulos de Cristo.
Los seguidores de Cristo han entendido durante siglos la importancia crítica de ciertas actividades espirituales que marcan la vida de un discípulo que crece. Mencionaremos tres actividades básicas, aunque no es menos cierto que existen más. Si tan solo priorizaras estas tres, desarrollarás un sistema de raíces que resistirán las tormentas de la vida y te convertirán a ti y a tu cónyuge en líderes firmes de su familia.

Una experiencia personal diaria con Jesucristo
Para que crezcas y llegues a ser todo lo que Dios tenía en mente al crearte, debes someterte a Jesucristo como señor, amo y autor de tu vida. La travesía espiritual de seguirle no consiste en una lista de cosas que debemos hacer y que no debemos hacer, sino más bien en un encuentro momento a momento con Jesús. El crecimiento tiene lugar en nuestras vidas en la medida que nos sometemos a Él, que caminamos con Él por fe y le obedecemos.

Lo que sigue no es una lista de control, sino más bien son disciplinas espirituales de probada eficacia que nos ayudan a crecer como seguidores de Cristo. Tú decidirás de qué manera vas a ponerlas en práctica, pero si lo haces, estos puntos básicos transformarán con el tiempo a un “bebé cristiano” en un seguidor de Cristo maduro.

Oración: Una buena comunicación es la clave para cualquier relación floreciente.

Estudio bíblico: La Escritura es el manual del fabricante para nuestra vida cristiana.
Adoración: Se nos manda que adoremos a Dios de manera individual y colectiva.

Dar y servir: Somos mayordomos de muchos recursos personales, materiales y financieros.
Comunión: No desaproveches el inmenso beneficio de ser cristiano: una conexión dentro del cuerpo de Cristo.

Testimonio: Tenemos la tarea de actuar en nombre de Jesús para reconciliar al perdido con Dios.

Verdaderos amigos
Por lo general, el crecimiento espiritual tiene lugar en el contexto de las relaciones. Todos necesitamos tener a alguien cerca, no solo para disfrutar de la amistad y la comunión, sino también para cosechar los beneficios de rendirle cuentas a esa persona.

Vida auténtica

La verdadera vida comienza en el hogar. El lugar en el que es más difícil ser un seguidor de Cristo diario y constante es la propia casa. Cuando estás en casa, rodeado de un cónyuge que te conoce bien y de varios discipulitos que observan con mucha atención cada una de las palabras y cada uno de tus movimientos, es difícil mantener una fachada durante mucho tiempo. Y no debieras hacerlo. Si tienes una relación vital con Jesucristo, manifiéstala viviendo de la manera más sincera y consecuente posible. Dios se ocupará del resto.

Invierte el tiempo y la energía necesarios para ser como “un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto”. (Jeremías 17:8)

Cómo Vivir Muchos Años Y Saludables

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Sergio salió aquella mañana del consultorio médico, sintiendo que estaba muerto en vida. Corrió desesperado en dirección a la playa y al llegar se quedó parado contemplando el mar. Por su mente desfilaban escenas grotescas de la vida desarreglada que había vivido.

¡Ah, si pudiese volver atrás el tiempo, escogería otro rumbo! Lo peor de todo era que él conocía los principios establecidos por Dios para tener una vida larga y saludable, pero no les dio importancia. Creía que la juventud sería eterna. Dio rienda suelta a los deseos locos de su corazón hasta aquel día, cuando el médico le dio la noticia fatal: “Usted tiene SIDA”.

Esta vida es una vida de dolor. El sufrimiento, la enfermedad y la muerte no son exclusividad de la gente que rechazó los consejos divinos. También los justos enferman y hasta mueren, pero, la mayoría de las veces, la enfermedad es la consecuencia de haber quebrantado las leyes de la propia naturaleza.

Si tú introduces humo en el pulmón creado para recibir oxígeno, tarde o temprano la naturaleza te cobrará el precio. Igual sucede con las bebidas alcohólicas, las drogas y otros vicios. No hay cuerpo que resista. Es como si tú desearas que el motor de tu auto durase mucho tiempo sin cambiar el aceite cuando corresponde. Nada funciona bien cuando tú desobedeces las instrucciones del fabricante.

El pensamiento bíblico dice: “Oye, hijo mío, recibe mis razones, y se te multiplicarán años de vida”. El texto no dice: “te multiplicaré”, sino “se te multiplicarán”. ¿Por qué? Porque aunque la vida pertenece a Dios, y a quien quiere la da, la calidad y la dimensión de la vida dependen de la obediencia a los principios establecidos por Él para una vida saludable.

Frente al mar, Sergio lloró, clamó, se humilló y pidió perdón a Dios por la vida loca que vivió. Conocí a Sergio años después, administrando de la mejor manera posible su enfermedad, pero viviendo una vida completamente diferente.

Los consejos divinos nunca tienen como propósito cortar la libertad de nadie. Lo único que Dios quiere es que tú seas feliz y vivas una vida plena, como resultado de la obediencia a sus principios. El te dice a ti hoy: “Oye, hijo mío, recibe mis razones, y se te multiplicarán años de vida”. Prov. 4:10
Pr. A. Bullón

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sábado, 3 de junio de 2017

Haciendo La Diferencia En Nuestro Matrimonio



Muchos matrimonios llegan a una etapa en la que se sienten estancados y atrapados por la rutina. Verdaderamente, los afanes, las responsabilidades y ocupaciones de la vida diaria nos pueden arrastrar a ese estancamiento en nuestra relación matrimonial. Este estancamiento es uno de los factores que, en ocasiones lleva a las parejas a considerar el divorcio.


Es un hecho que la cantidad de personas que se divorcian está en un nivel muy alto. Demasiadas personas han tenido que pasar por el dolor de un divorcio. Y muchos confiesan que fue uno de los procesos más difíciles que han tenido que atravesar en sus vidas. Es tanto así, que muchas personas (luego del divorcio) desarrollan una apatía por el matrimonio.

Sin embargo, el matrimonio fue establecido por Dios para proveer al hombre la oportunidad de relacionarse y multiplicar Su amor (Génesis 1:27-28). El matrimonio es una gran aventura en la cual vas conociendo a tu cónyuge más profundamente con el paso de los años. El Señor, a través del matrimonio, te da la bendición y la oportunidad de compartir la vida con tu cónyuge en una relación saludable, en la cual tanto el esposo como la esposa están comprometidos en satisfacer las necesidades el uno al otro (1 Corintios 13:5).

Lamentablemente, el matrimonio es visto en general por nuestra sociedad, como un "mal" necesario en vez de algo enriquecedor. Todos hemos escuchado de padres que han dicho a sus hijas: "si no te va bien el matrimonio, no te preocupes, siempre las puertas de nuestra casa estarán abiertas para ti" o "estudia, por si acaso tienes que divorciarte". No hay nada de malo en apoyar a una hija que está pasando por un momento difícil, pero no debemos hablar de manera que anticipe el fracaso matrimonial. De igual manera, no está mal decirle a tu hija que estudie, pero la razón de estudiar no debe ser anticipando un divorcio, sino para mejoramiento profesional.

En general, nuestra forma de vivir determina grandemente lo que conocemos sobre relaciones. Personas que trabajan largas horas en alguna empresa, tendrán dificultad para mantener influencia sobre su cónyuge y sobre sus hijos debido al poco tiempo que pasan con ellos. Cada vez son más las mujeres que pierden las esperanzas, que optan por el divorcio o la infidelidad, a causa de la ausencia constante del esposo. Podemos observar que un hombre que pasa largas horas en su lugar de empleo tendrá más influencia sobre personas en su trabajo. Es por esto que ocurren tantos casos de infidelidad en los trabajos.

Adicional a esto, la falta de conocimiento sobre las diferencias básicas entre el hombre y la mujer puede provocar problemas en el matrimonio. La mujer necesita sentirse amada y valorada; el hombre necesita sentirse respetado y admirado (Efesios 5:33). Cuando una pareja matrimonial desconoce esa dinámica, incurren en conductas en las que la mujer no se siente amada y el hombre siente que su esposa no lo respeta. Pero, cuando logras comprender que las diferencias entre el hombre y la mujer fueron diseñadas por Dios a propósito y con propósito, verás que tu cónyuge y tú pueden complementarse y disfrutar de una relación armoniosa.

Todos hemos escuchado el dicho: “Si quieres ver resultados distintos, debes hacer cosas distintas.” Pero, aparte de parecernos interesante o estar de acuerdo con el mismo, ¿nos motivamos a hacer algo distinto? ¿Nos damos cuenta de que podemos aplicar esta verdad a nuestras relaciones?

Si realmente queremos hacer una diferencia en nuestro matrimonio, es necesario salir de la rutina y dejar de hacer todo exactamente de la misma forma. Así que, ¿por qué no comenzamos a disfrutar de esta gran aventura llamada matrimonio?

Decídete a hacer algo distinto junto a tu esposa(o), aunque sea una vez al mes. Por ejemplo, llévale el desayuno a la cama un sábado en la mañana, invítala a salir solos a dar una caminata por la playa, lean juntos un libro para crecer como matrimonio, vayan a pescar al lago… Son muchas las cosas que se pueden hacer evitar el estancamiento en el matrimonio.

Recuerda, no tienes que hacer una gran hazaña o gastar una gran cantidad de dinero. Los detalles sencillos pueden rendir grandes resultados cuando se trata de relaciones. Así que, anímate a hacer la diferencia en tu matrimonio y vive la gran aventura que Dios preparó para ti.

Recuerda, el divorcio se puede prevenir cuando somos intencionales, es decir, cuando tomamos las decisiones y acciones necesarias para fomentar el bienestar del matrimonio. Esa es la diferencia que estamos llamados a hacer en medio de nuestra sociedad plagada por la crisis familiar (Romanos 12:2).
Fuente: sitiodeesperanza.com

El Tiempo, No Se Detiene – Reflexión

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Cuando miras el reloj, ya es la hora de cenar…
Cuando te das cuenta ya llego el fin de semana…
Cuando miras el almanaque, se termino el mes… y sin darte cuenta llega la nueva Navidad y un nuevo año esta a pocos días… 

Cuando somos niños miramos a nuestros abuelos y decimos: cuanto me falta para llegar a su edad… pero cuando llegas y miras para atrás, te preguntas: Como puede ser que los años hayan pasado tan rápido...?


Sin darte cuenta los años pasan y casi siempre dejamos para mañana las cosas que verdaderamente son importantes en la vida…

Pasar tiempo y disfrutar de los hijos, la familia y los amigos…

Muchos gastan sus mejores años de sus vidas detrás de los negocios, el dinero, sin pensar que un día la vida se termina, dejando lo importante para Después.
Si pudiéramos erradicar de nuestro lenguaje la palabra Después, mas tarde o mas adelante, por: ahora, hoy…

Fíjate como nos comportamos:
Después te llamo…
Más tarde lo hago... 
Un día de estos, voy ocuparme de mis hijos…
Dejamos todo para Después, como si el Después fuese la solución.

Debemos entender que...
El Después, cambia la prioridad…
El Después, te hace perder el encanto…
El Después, te hace llegar tarde…
El Después, hace que los hijos crezcan y no puedas disfrutar…

El Después, hace pasar el tiempo y hace perder la oportunidad de vivir….

El Después, hace que la vida se termine…
Y lo más importante no dejes para después la oportunidad que tienes ahora para decirle a Jesús que sea parte de tu vida, tal vez Después sea demasiado tarde…
El tiempo es como un río, nunca podrás bañarte en la misma agua, porque la corriente se la lleva y jamás podrás recuperarla.



Recuerda que: Ayer y Mañana, no existen, *El día es hoy*
Un viejo refrán dice: No dejes para mañana. todo lo que puedas hacer hoy.
Fuente: reflexionesparaelalma.net