viernes, 23 de junio de 2017

El Poder De Las Buenas Palabras


Muchos conductores de programas de radio talvez nunca se hubieran tornado famosos o ricos, lo que no les impide hablar y expresar sus opiniones al respecto de una variedad ilimitada de asuntos. A primera vista, el lema de algunos de ellos es: "Yo tengo una opinión sobre cualquier cosa, conociéndola o no!" 

En el medio empresarial y profesional a los que les gusta hablar, parecen ser recompensados por la multitud de sus palabras. Vendedores y personas del área de marketing se esfuerzan mucho para convencer a otros con sus palabras y raciocinios expertos. Reuniones de negocios a veces son dominadas por pocas personas con personalidades poderosas, personalidad es una propensión para imponer sus puntos de vista. 

En cuanto a las personas tímidas, no tan elocuentes o ágiles con la lengua, no hay esperanza para ellas? En verdad, los que escogen hablar con más parcimonia, generalmente conquistan admiración y respeto por el uso cuidadoso y por el criterio en el uso de la lengua. 

Conozco alguien que es miembro destacado del directorio de una corporación, porque no habla de un modo descuidado. Mientras otros hablan en exceso, el se restringe a escuchar y pensar prudentemente. Y cuando habla, lo que este líder tiene que decir, siempre es digno de consideración. Años atrás una compañía de inversiones, usó el slogan: "Cuando E.F.Hutton habla, las personas escuchan" Ese hombre podría ser descrito de la misma manera. 

A lo largo de los años vengo tratando de aplicar el consejo ya aprobado por el tiempo: "...Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar" (Santiago 1.19). Me gustaría pensar que he tenido algún progreso en esta área, aunque no sea esta mi tendencia natural. Con demasiada frecuencia, he sido tardío para oír (y pensar) y rápido para hablar! La Biblia ofrece más comprensión en relación al poder - y peligros - de la lengua: 

1. El exceso de palabras puede llevar a comentarios impropios y hasta perjudiciales. Usted ya estuvo involucrado en alguna discusión que iba muy bien, hasta que usted dijo algo espontáneamente, y después deseó retirar aquellas palabras? Cuanto menos uno dice, menor es la chance de decir algo que nos haga arrepentirnos mas tarde "En las muchas palabras no falta pecado: mas el que refrena sus labios es prudente" (Proverbios 10.19). 

2. El exceso de palabras no demuestra necesariamente conocimiento. Podemos sentir la necesidad de impresionar a las personas con lo mucho que podemos decir sobre determinado asunto, pero generalmente un orador puede realizar más, expresándose con un mínimo de palabras bien escogidas, dichas en pocos minutos, en vez de ser una interminable crítica severa. "El que ahorra palabras tiene sabiduría; prudente de espíritu es el hombre inteligente" (Proverbios 17.27). 

3. El exceso de palabras generalmente causa problemas. Usted ya conoció a alguien que está siempre expresando sus sentimientos y opiniones, sean solicitados o no? Describo a tal persona como alguien que se delicia por entregar a otros un pedazo de su mente que no podría darse el lujo de perder! El dicho "Palos y piedras pueden quebrar mis huesos, pero las palabras no pueden herirme", es una mentira. 

Palabras nocivas muchas veces nos acompañan por mucho tiempo después que las heridas físicas ya se curaron. Declaraciones ligeras y sin pensar pueden ofender innecesariamente y muchas veces arruinar amistades cultivadas por muchos años. 

Aunque aquello que dijimos sea verdadero, seria bueno pensar sobre la mejor manera y el momento adecuado para decirloAntes de hablar la verdad, considere las consecuencias. "El que guarda su boca y su lengua, su vida guarda de angustias" (Proverbios 21.23). 
Fuente.  sigueme.net

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