La vida es justa y nos paga la remuneración exacta, correspondiente a
nuestra entrega y servicio al mundo y a nosotros mismos. A todos nos llegará
aquel tiempo de evaluación.
La
vida es justa y nos paga la remuneración exacta, correspondiente a nuestra entrega
y servicio al mundo y a nosotros mismos. A todos nos llegará aquel tiempo de
evaluación. "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino
como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto,
no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor"
(Efesios 5:15-17)
El conocido refrán del hombre de negocios dice
"time is money", el tiempo es oro. Indudablemente bajo cierto punto
de vista, perder el tiempo puede ser perder oportunidades de producir bienes
materiales y dinero. Pero, sin tomar esa perspectiva tan pragmática,
consideremos el tiempo como un recurso invaluable de vida que ha sido entregado
a cada persona. Todos disponemos de 24 horas diarias para distribuirlas en
asuntos que pueden ser de mucho valor para nosotros y para la sociedad o bien
que podemos dilapidar y mal aprovechar, cosa que a la postre resultará en
lamentos.
La vida es justa y nos paga la remuneración
exacta, correspondiente a nuestra entrega y servicio al mundo y a nosotros
mismos. A todos nos llegará aquel tiempo de evaluación. ¡Qué triste será decir
en la ancianidad "he perdido valiosos años de mi vida, no aproveché las
oportunidades que Dios puso en mi camino, malgasté mi tiempo
miserablemente"! Por eso el Predicador aconseja sabiamente al joven:
"Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los
días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos
contentamiento." (Eclesiastés 12:1)
A nadie es dada menor o mayor cantidad de tiempo
diario. Nuestro deber es administrar ese tiempo de la mejor forma posible. El
día de cada persona está dividido en dos grandes segmentos: vigilia y sueño. No
podemos dejar de dormir, el descanso diario es imprescindible para poder rendir
adecuadamente en lo que llamamos día.
De preferencia dormiremos en la noche, salvo
aquellas personas que cumplen su jornada laboral en forma nocturna, ya sea
permanentemente o en turnos. Médicos, locutores de radio, periodistas, fareros,
marinos, militares, etc. son excepciones a la regla general que es dormir en la
noche y desarrollar el resto de las actividades durante el día.
El cuerpo necesita dormir a lo menos 8 horas
diarias. Esto varía más o menos en las distintas edades de la persona.
Sobrepasarse en la hora de acostarse, llevar una vida bohemia, trasnochar, no
es bueno para la salud, deteriora el rendimiento y desordena los horarios de
levantada.
Hay quienes tienen la mala costumbre de quedarse
enredados entre las sábanas, sufren de pereza y desánimo, lo cual finalmente
reporta problemas de puntualidad y asistencia en el trabajo, mal genio, malas
relaciones interpersonales, irresponsabilidad en el cumplimiento de deberes
laborales y de estudio, a veces obesidad y depresión.
Los horarios fijos y el uso del reloj, una valiosa
invención humana, son las herramientas básicas para ejercer una adecuada
autodisciplina y mayordomía del tiempo que nos ha sido entregado. El aprecio de
este don y la consideración de que el tiempo que se va no vuelve, son las
actitudes básicas para su administración. (Proverbios 26:13-16)
Controlado el tiempo de sueño, ahora nos abocamos
al "día". Son 16 horas aproximadas, de las cuales cada uno restará
las dedicadas al trabajo, que por lo general son 8, de lunes a viernes. Esas
horas laborales no son una maldición sino una maravillosa oportunidad que Dios
nos da de desarrollar todas nuestras competencias y ponerlas al servicio de la
sociedad. Una actitud positiva hará nuestro trabajo una verdadera misión y no
una carga. Lamentablemente hay muchas personas que perciben su oficio o
profesión como una "cruz" que deben arrastrar hasta que jubilen. Esa
mirada miope no les permite realizarse como personas integrales y disfrutar de
una labor que es útil al progreso del mundo.
No conozco profesión, oficio o actividad laboral
que no preste algún servicio a los demás. Sólo el robo y la delincuencia, que
no son propiamente "trabajo" quedarían fuera de esa bendición, puesto
que traen como salario culpabilidad y condena de la sociedad. El consejo
bíblico es claro, se debe respetar a los jefes y servir en el trabajo no como
sirviendo a los hombres sino al Señor. La honradez y la responsabilidad, el
respeto a la autoridad y al subalterno, son valores que cada cristiano debe
poner en práctica. Es parte de su desarrollo espiritual y signo de su
arrepentimiento de obras muertas. Quien no lo hace es alguien que no ha
madurado en su fe y todavía no entiende lo que es vivir bajo el Reino de Dios.
(Romanos 13:1-8; Efesios 6:5-9)
Las restantes 8 horas de vigilia habrán de
repartirse en: a) compartir con la familia, b) sana entretención y c)
espiritualidad. En cuanto al primer punto, es necesario que los esposos se
encuentren, compartan las experiencias del día, cultiven su vida sentimental
("una planta crece y se mantiene viva, en tanto la regamos").
Los esposos deben dedicarse tiempo el uno al otro,
lo cual requiere un esfuerzo en la administración del tiempo. Por lo menos una
vez al mes, salir a comer o a pasear solos. La Biblia contiene interesantes
consejos para los esposos, destacando el Cantar de los Cantares como un modelo
de relación espiritual, sentimental y sexual de los amados (Efesios 5:21-31).
Cuando los hijos están pequeños y luego cuando son
adolescentes, necesitan del cuidado de sus padres en cuanto a ayudas en los
deberes escolares, explicaciones de los asuntos de la vida, advertencias,
consejos, etc. Un padre y una madre que saben escuchar a sus vástagos están
haciendo una gran obra, usando valiosamente el tiempo dado por Dios. El amor y
la disciplina son los dos valores que recalca la Biblia en lo que se refiere a
la crianza de los hijos (Proverbios 22:6; Efesios 6:4; Hebreos 12:5-9).
Atendiendo al segundo aspecto, es conveniente
practicar algún deporte, un hobbie o afición que le saque de la rutina y donde
usted pueda liberar tensiones. Pero todo ha de hacerse equilibradamente, sin
perjudicar al entorno. La buena lectura es siempre útil tanto para el descanso
como para el cultivo del intelecto. Y usted puede compartir ese descanso con su
familia. Otra cosa será el fin de semana, en que puede programar salidas al
campo, un paseo por la ciudad, algún museo de ciencias o de arte, la playa,
visitas a la familia o amigos, etc.
Y llegamos al tercer aspecto, no menos importante,
que es el desarrollo de su espiritualidad. Usted verá que si se aplica en este
aspecto, terminará la vida espiritual contaminando o influyendo positivamente
todas sus actividades.
No se trata de que usted sea un fanático o
fanática religiosa, sino que acceda a una relación espiritual con la Divinidad
que le capacite para ser feliz, equilibrado, desarrollado en todas las áreas de
su vida y con una seguridad que implica:
1) una fe sólida en Aquel que es principio de la
Vida;
2) paz en su conciencia, fruto de sentirse
perdonado por Dios y en correcta relación con Él;
3) amor verdadero para con Dios y su prójimo; y
4) una esperanza eterna en Jesucristo, Camino,
Verdad y Vida. Dedicar un tiempo diario a la búsqueda de lo Eterno es más que
saludable para el alma, el espíritu y el cuerpo, es imprescindible para su
salvación.
Seamos sabios y sigamos el buen consejo de San
Pablo "aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos".
Vivimos tiempos difíciles en el mundo, tiempos de cambios y de crisis.
Administrar adecuadamente este valioso recurso que es el tiempo, nos preparará
para conocer la voluntad de Dios, puesto que ésta se experimenta en la vivencia
personal.
Ministerio del Buen Samaritano
www.samaritano.sigueme.net
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