Amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, humildad, templanza: son fuerzas
poderosas que la Biblia llama el fruto del
Espíritu. Son las
cualidades de la naturaleza de Dios, y cuando el Espíritu Santo entró en
nosotros, trajo esas cualidades consigo para impartirlas a nuestra vida. Son
cualidades que tienen la particularidad de borbotear dentro de nosotros, de
brotar como un manantial que constantemente nos protege y limpia de adentro
hacia fuera.
¿Alguna vez ha
notado que no se puede echar basura en una fuente de agua? El chorro de agua que brota con fuerza desde su
interior la mantiene limpia y la protege de impurezas externas. De la misma
manera trabaja la fuente espiritual dentro de usted. Cuando usted deja que el
amor, el gozo, la paz, la benignidad y las otras fuerzas espirituales broten de
su interior, el diablo no
podrá echar su basura dentro de usted.
¿Qué hay
que hacer para que el Espíritu esté fluyendo? Hay que llenar el corazón con la Palabra de
Dios hasta que las fuerzas de vida eterna empiecen a
borbotear. Un poco al principio, y después más fuerte y más alto. Decida
mantener esas fuerzas brotando constantemente de la fuente de su corazón. No
permita que el egoísmo y el pecado detengan la corriente. Dentro de usted hay
un manantial imparable de fuerzas vivas, ¡déjelas brotar!
Mas el
que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que
yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eternal. – Juan 4:14
Verso
Bíblico para Meditar: Jeremías
17:7-13
17:7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya
confianza es Jehová.
17:8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas,
que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor,
sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará
de dar fruto.
17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y
perverso; ¿quién lo conocerá?
17:10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el
corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
17:11 Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que
injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su
postrimería será insensato.
17:12 Trono de gloria, excelso desde el principio, es el
lugar de nuestro santuario.
17:13 ¡Oh Jehová, esperanza de Israel! todos los que te
dejan serán avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en el
polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas.
Fuente. sitiodeesperanza.com
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