Queremos tener un matrimonio feliz, pero muy
pocos están dispuestos a dedicar tiempo y esfuerzo para lograrlo, por lo menos hasta que es
tarde y se encuentran a dos pasos (o uno) de la separación o el divorcio.
1.Dedíquense tiempo. El activo
más valioso que pueden aportar al matrimonio es su tiempo, dedíquense tiempo,
en cantidad y en calidad.
2.Pongan de su parte para
que les resulte agradable conversar y pasar tiempo juntos. Una queja recurrente es que ‘nos la pasamos
mejor’ con otras personas que con nuestra pareja. ¿Pensará mi pareja lo mismo
de mi? Así como somos divertidos y buenos conversadores con nuestras amistades,
así debemos ser con nuestras parejas.
3.Fomenten el amor, cariño y
afecto. No solo me
refiero a las expresiones verbales de amor. Bésense, acaríciense, háblense por
teléfono o envíense mensajitos (o tweets, jejeje). De novios no podían esperar
para hacerlo, ¿por qué ahora que nadie se los impide ya no lo hacen?
4.Sean confiables y tengan
sentido del compromiso. No permitan que los problemas les hagan
quebrantar su compromiso y perder todo lo que ya han invertido en su matrimonio.
5.Sean amables y
respetuosos. Hagan hasta lo imposible por tratarse y hablarse
con amabilidad, respeto y afecto. ¿Por qué podemos ser tan amables con los
extraños y con nuestras parejas no?
6.Compartan la
responsabilidad de las tareas de la casa. Lo se, suena especialmente difícil para nosotros
los ‘machos’ latinoamericanos. ¡Nadie quiere ser un ‘mandilón’! Pero créanme
los ‘mandilones’ son los que tienen los matrimonios mas felices.
7.Diviértanse juntos, ríanse
juntos. ‘Echen novio’,
manden dormir a los niños temprano, encárguenlos con los abuelos o los tíos.
Recuerden, ellos tarde o temprano se van a ir, ustedes se van a quedar.
8.Sigan
reforzando la relación de pareja. Esfuércense sinceramente y demuestren que
quieren un matrimonio de éxito.
9.Peleen limpio. El punto
es dejar de llamar a las peleas ‘peleas’. ‘Arreglen problemas’, ‘traten
asuntos’, ‘discutan ideas’, pero por favor, no peleen.
10.Perdónense cuanto antes. Como ambos cometerán errores, ambos deben
estar dispuestos a perdonar, y deben hacerlo pronto. Aprendan a pedirse perdón
y nunca pasen la noche en diferentes camas, aprovechen el poder reconciliador
de las sabanas.
Fuente. sitiodeesperanza.com
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