El salmo 91 que ha sido de tanta bendición para miles de
personas; leamos desde el versículo 1 hasta el 12:
“El que
habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a
Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios en quien confiaré. El te librará
del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y
debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad: No temerás el
terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en
oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y
diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y
verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi
esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga
tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en
todos tus caminos. En las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en
piedra”.
CONFIADOS EN EL DIOS
ALTÍSIMO
El
primer versículo de este salmo comienza haciendo conciencia acerca de cuál es
la clase de Dios que invocamos: “El que habita al abrigo del
altísimo…”. Hay creyentes que no pueden vivir una vida confiada
porque no tienen clara conciencia y visión acerca de la realidad del Dios que
tienen. Cuando la Biblia dice que Dios es el Altísimo, lo está poniendo por
sobre todas las cosas, significa que está más alto que los ángeles, demonios,
arcángeles, gobernantes, etc.. No hay un informe más elocuente que el de este
versículo acerca de la posición que Dios ocupa: ¡Es el más alto de todos!
Podríamos decir que “es el jefe” y que a él están sometidos todos los poderes.
¡Nadie te puede tocar si no tiene el permiso de Dios! Si le tienes miedo a los
hombres, haces mal porque por sobre todos los hombres está el Altísimo; tu
cobertura y tu protección deben ser tu confianza en él. El diablo no puede hacer
nada sin el permiso de Dios y no hay tormenta que tu atravieses que no haya
aparecido con el permiso de Dios, si alguna tormenta estás pasando es porque
Dios lo ha permitido, pero él le pone límites a las obras de satanás. ¿Y quién
más le pone límites a satanas? ¡Nosotros! Nosotros lo detenemos con nuestra fe,
con nuestra confianza y esperanza en la palabra de Dios; él nos ha dejado su
palabra y si creemos en ella, sus promesas se hacen realidad en nuestras vidas;
por eso dice este salmo: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la
sombra del omnipotente”.
Este
salmo hace una enumeración de los bienes o favores que le sobrevienen a
aquellos que moran bajo el abrigo del Altísimo: “…Morará
bajo la sombra del omnipotente”.
La palabra omnipotente
se traduce del original “El Shaddai” que quiere decir “el que todo lo puede”.
¡Él puede realmente todas las cosas! Dice la Biblia: “He aquí yo soy Dios de
toda carne; ¿habrá algo difícil para mí?” Muchas veces perdemos conciencia de
que Dios todo lo puede y que para él no hay nada imposible.
“Diré
yo a Jehová esperanza mía y castillo mío, mi Dios en quien confiaré.” Aquí, donde se
traduce “Dios”, el original utiliza la palabra “Eloim” que significa “Dios
sublime”. Hoy quiero sacudir tu conciencia acerca de la verdad y la realidad
que nuestro Dios es un Dios amoroso, un Padre amante y misericordioso, pero por
sobre todas las cosas es sublime, todopoderoso y Altísimo. De acuerdo al tamaño
de Dios que tienes es el tamaño de fe y esperanza que tienes, si tu Dios es
éste, no tienes motivos para vivir afligido y angustiado, porque el sólo hecho
de saber que nadie lo “pasará por arriba”, te tiene que dar confianza y
esperanza. Tienes que decidir qué clase de Dios tienes y cuál es la clase de fe
que sustentas; la verdadera fe que tienes indica el tamaño del Dios que tienes.
El Dios Altísimo es un Dios que opera en el mundo visible e invisible, ha
establecido leyes morales, espirituales y naturales y opera a través de todas
esas leyes y aún está por encima de ellas. ¡Es necesario que entremos en la
confianza de la palabra que él nos ha dado!
DIOS NOS LIBRA DEL “LAZO DEL CAZADOR”
El
salmo 91 dice también: “El te librará del lazo del cazador”.
Esto significa: Él te librará de las cosas que ni te imaginas que el diablo
está tramando contra ti; no sé qué estará tramando el diablo contra mí, cosas
que a veces no veo ni entiendo, pero de todas esas cosas me libra Dios. Tu no
sabes por dónde saldrá el diablo, pero el Dios altísimo te guardará y cuidará
de ti. Hay territorios que dominamos y no tenemos miedo, en tanto que hay otros
territorios que no dominamos y en ese campo sí tenemos miedo. Por ejemplo, hay
gente que domina la matemática, la filosofía, y se sienten seguros en esa área,
pero si se les hace una pregunta de historia, se sienten perdidos. Hay cosas en
la vida, en las que nos sentimos capacitados, y en otras no nos sentimos tan
capacitados; nos sentimos confiados y seguros en las cosas que manejamos, e
inseguros y temerosos en las que no manejamos. Por ejemplo, el hecho que sepas
manejar bien un auto, no significa que sepas manejar un barco: ¡Me enteré que
el capitán de un barco comienza a preparar el embarque dos millas antes! Eso no
ocurre con un auto, ¿verdad?
Este
versículo dice que Dios te librará de las artimañas que el diablo está tramando
contra ti en el territorio en el que tú te sientes firme. ¿Qué es lazo del
cazador? Es una trampa que el cazador pone; por ejemplo una liebre tiene un
camino habitual en que va y viene y está segura caminando por ese sendero
porque es el camino que hace todos los días y lo hace con confianza. ¿Dónde
crees que el cazador pondrá la trampa? ¡En el camino que la liebre pisa con
confianza! Por eso el apóstol Pablo dice que el que piensa que está firme,
cuídese de no caer, porque satanás tiene la habilidad de hacernos caer en cosas
en las que nos sentimos fuertes y si no, recuerda las cosas que creías que
nunca las ibas a hacer y las hiciste!! Y hay creyentes que aún no saben qué
hacer con determinados pecados que han cometido y que creían que jamás los iban
a cometer; satanás es un hábil cazador y nosotros tenemos la tendencia que
cuando nos sentimos seguros en determinado territorio, perdemos la habilidad de
estar velando, atentos y observando. Yo he visto muchos carpinteros que le
faltan dedos, ellos trabajan con mucho cuidado pero tanto hace que trabajan con
las máquinas, que se confían en ellas, y un día, junto con la madera va también
un dedo…¿por qué paso eso? Por exceso de confianza, por descuido. Pero Dios
está velando en aquellas áreas en las que crees que estás seguro pero sin
embargo, eres débil. ¡Ni te imaginas tu cuántas veces Dios te ha librado! Eso
significa: “El te librará del lazo del cazador”.
BAJO SUS ALAS ESTAMOS SEGUROS
“El te
librará de la peste destructora”. Tuvimos una
especie de peste en el campamento de niños que comenzó a tornarse preocupante:
¿Se imaginan llegar al último día del campamento con 100 personas padeciendo la
peste? Decidimos pues, sacar todas las cosas y fumigar todo el campamento.
Pero, ¿se imaginan alguna peste del siglo XIX que asolaba ciudades enteras?
¿Puedes creer y confiar que Dios te librará de toda peste?
“Con
sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es
su verdad. No temerás el terror nocturno”. Recuerdo la
tormenta que nos azotó en el campamento de niños; me desperté sobresaltado
pensando en los niños; cuando llegué donde ellos estaban, una carpa acababa de
caer y uno de los caños cayó sobre una niña… pronto comenzaron a caer piedras y
los niños salieron disparados de las carpas en todas direcciones… pude observar
cómo una tormenta que nos afectó a todos por igual, produjo distintos tipos de
reacciones: Algunos estaban atemorizados, otros saltaban en medio de la lluvia,
otros estaban tan cansados que cuando llegaron a la capilla, se tiraron en el
piso y se durmieron enseguida; también la reacción de los maestros fue distinta,
pude ver algunos oprimidos, otros tristes y otros confiados y alentados
haciendo chistes. De esa tormenta yo tomé consejo de parte de Dios. Mi pregunta
es: ¿Cómo reaccionas tú en la tormenta? No hay tormenta que Dios no mande y
solamente en una tormenta se puede conocer la calidad de un creyente; en el
tiempo de bonanza todos somos buenos. Si tu tienes conciencia de que tienes un
Dios todopoderoso, Altísimo y sublime, no tienes por qué temer la tormenta.
¿Cómo te sientes en la tormenta que estas atravesando? ¿Te sientas a llorar o
confías en Dios?
“Porque
has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación…” Dios es tu habitación, tu habitas dentro de Dios y
estás escondido en él. No sé qué dificultad estás atravesando pero él es el
Altísimo y el omnipotente y sublime, y la puedes atravesar con Él. Los niños me
dieron una lección de esperanza: ¡Cómo ellos son capaces de ser tan felices en
medio de una tormenta!
CONCLUSIÓN
Yo
quiero que por unos minutos reflexiones qué dificultad estás atravesando que te
está quitando el sueño y te está atormentando; qué está pasando en tu vida que
estás atemorizado, qué está ocurriendo en tu corazón que te sientes angustiado.
Satanás es muy astuto y logra perturbar algunas personas solamente con disparates
que lanza al azar con el objeto de que alguien los “agarre”. Si satanás logra
detenerte y paralizarte con algún disparate que larga contra ti, ni siquiera
necesita gastar una bala. Estuve leyendo en el libro de Nehemias, que sus
enemigos, cuando comenzaron a edificar el muro, dijeron: “Si una zorra se sube
a ese muro, el muro se caerá”. ¡Qué exageración! ¿Cómo se va a caer un muro de
piedra, de tanto espesor con una pequeña zorra que se suba en él? Satanás usa
gente cercana a nosotros para intimidarnos y ni siquiera necesita una tormenta,
con un disparate basta; a cuántos le han dicho: “¡No te vas a casar! ¡No servís
para nada!” ¡Versiones disparatadas! ¿Saben por qué satanás usa esas versiones
disparatadas? ¡Porque hay gente estúpida que las cree y se deja doblegar por
ellas! Pero Dios hoy quiere librarte de eso; el Dios omnipotente, sublime y
Altísimo quiere librarte de tus temores, de tus preocupaciones y angustias y
quiere bendecirte. ¿Qué tormentas están destruyendo tu ánimo y tu fe en Dios? Es
hora que le entregues toda tu vida a Cristo; si estás dispuesto a recibir su
bendición, haz esta oración ahora mismo:
“Padre
querido, te pido que entres en mi corazón y limpies todos mis pecados;
reconozco que he vivido lejos de ti y no he confiado en tus fuerzas sino en las
mías, perdóname Señor; renuncio a esas palabras que me han herido, confieso que
tú eres el Dios todopoderoso y que el que habita al abrigo del Altísimo morará
bajo la sombra del omnipotente y que no habrá plaga que me destruya y tendré conciencia
plena del Dios que me sustenta. Tú Señor, me librarás del lazo del cazador, de
la peste destructora, tu me librarás de las heridas que me han infringido mis
parientes, porque tu eres mi Dios. ¡Gracias Dios! Creo que desde este momento
soy tu hijo y moraré bajo tu sombra, en el nombre de Jesús, amén”.
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