Hoy en día la gente en todo el mundo está luchando en la vida con
daños emocionales. Ellos han soportado un montón de cosas negativas, causando
un daño incalculable que necesita ser tratado, pero con demasiada frecuencia,
estas heridas son simplemente barridas debajo de la alfombra en un intento de
hacer que desaparezcan.
A través de mis propias experiencias en mi vida y de muchos años de ayudar a
los demás a través de este proceso, he descubierto que aunque Dios quiere
ayudar a aquellos que realmente quieren la sanidad emocional, hay algunos pasos
muy importantes que estas personas deben tomar por sí mismos.
Si
usted desea recibir sanidad emocional, uno de los primeros pasos que se debe
tomar es enfrentar la verdad. Usted
no puede ser liberado, mientras vive en la negación. No se puede pretender que
ciertas cosas negativas nunca le pasaron a usted.
Me he dado cuenta de que somos expertos en construir muros y guardar cosas en
la oscuridad, fingiendo que nunca ocurrieron. Pasé los primeros dieciocho años
de mi vida en un entorno violento, pero en cuanto me alejé de esa situación, yo
actuaba como si nada hubiera ocurrido. Nunca le dije a nadie lo que había
sucedido en mi vida privada. ¿Por qué no queremos que este tipo de cosas salgan
a la luz pública? Tenemos miedo de lo que la gente piense.
Tenemos miedo de ser rechazados, incomprendidos, o no ser amados por aquellos
que nos preocupan o que pudieran tener una opinión diferente de nosotros si
realmente supieran todo acerca de nosotros.
El
siguiente paso hacia la sanación emocional es confesar sus faltas. Creo que eventualmente habrá tiempo
para compartir con otra persona las cosas que nos han ocurrido en nuestra vida.
Hay algo; cuando se verbaliza esto con otra persona, pasan maravillas en
nosotros, pero use la sabiduría. Elija a alguien que usted sabe que puede
confiar.
Asegúrese
de que al compartir su historia con alguien más, usted no está simplemente
poniendo su carga sobre los hombros de esta persona.Además, no
vaya a escarbar demasiado, tratando de desenterrar viejas heridas y ofensas que
han sido enterradas y olvidadas. Cuando por fin tuve el coraje de compartir con
alguien lo que había sucedido al principio de mi vida, yo de hecho empecé a
temblar violentamente de miedo.
Fue una reacción emocional a las cosas que guardé dentro de mí durante tanto
tiempo. Ahora cuando hablo de mi pasado, es como si yo estuviera hablando de
los problemas de alguien más. Porque yo he sanado y restaurado, mi pasado ya no
me molesta más. Por último, usted debe asumir parte de la responsabilidad
personal.
Algunas
personas se encuentran atrapadas en la negación, miedo de lo
que podría suceder si los otros descubren la verdad. Pero mientras nos negamos
al pasado, nunca vamos a ser libre de él. Nadie puede ser liberado de un problema
hasta que esté dispuesto a admitir que tienen uno.
Un alcohólico, drogadicto o
alguien que ha perdido el control de su vida está condenado a sufrir hasta que
es capaz de decir: "Tengo un problema y necesito ayuda con esto."
A pesar
de que nuestros problemas pueden haber sido traídos sobre nosotros a causa de
que nos hayan hecho algo en contra de nuestra voluntad, no tenemos ninguna
excusa para dejar que el problema continúe, crezca e incluso tome el control de
toda nuestra vida.
Nuestras
experiencias pasadas pueden que nos hayan hecho lo que somos ahora, pero no
tenemos por qué seguir así. Podemos tomar la iniciativa mediante la adopción de
medidas positivas para cambiar las cosas - y podemos pedir la ayuda de Dios.
Sea cual sea su
problema, enfréntelo, considere confesarlo a un amigo de confianza, y luego
usted mismo admítalo. Enfréntese a la verdad, ¡esto puede ser el comienzo de
una vida más feliz!
Por: Joyce Meyer
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